Declarado culpable por unanimidad el triple homicida de la Sagrada Familia
Alejandro Cuartero mató a golpes a sus víctimas “sin que estas pudieran defenderse”
Alejandro Cuartero baja la mirada y niega con la cabeza mientras el portavoz del jurado popular repite: “Culpable por unanimidad”. Cuartero ya conoce el destino que le espera durante los próximos años: la cárcel. Aprieta la mandíbula y las venas se le marcan en la sien. Luce un jersey sobrio y oscuro y en la frente sostiene unas gafas que cuelgan mediante un cordoncillo negro. La sangre de una de las víctimas del triple crimen de la Sagrada Familia se halló, precisamente, en el cordón de unas gafas parecidas. Y fue una de las pruebas que llevó ayer al jurado popular a declarar culpable a Cuartero —con nueve votos a favor y ninguno en contra— de los tres asesinatos ocurridos la mañana del 27 de enero de 2012 en un piso de la calle Sardenya.
Los nueve ciudadanos que en las últimas dos semanas han juzgado a Cuartero llegaron a idéntica conclusión: él fue el hombre que mató a tres miembros de la misma familia para vengarse de su expareja, Mónica C., a la que persiguió y amenazó cuando esta decidió poner fin a la relación. Las víctimas son los padres de Mónica C. —un matrimonio octogenario— y su sobrina adolescente, que vivía con ellos. Cuartero irrumpió en el piso y les mató tras golpearles “reiteradamente con un martillo”. El jurado ve probado, además, que el hombre les atacó sin que tuvieran opciones de defenderse —lo que penalmente equivale a un delito de asesinato con alevosía—, pero solo aprecia que causó un “gran sufrimiento” (alevosía) a la menor, Andrea.
“¡Cabrón de mierda, asesino!”, gritó, hundida entre lágrimas, una amiga de Andrea cuando el magistrado dio por finalizado el juicio. En el rostro de Cuartero, las lágrimas solo habían aparecido cuando algunos testigos recordaron los buenos momentos de su relación con Mónica C. Cuando los forenses detallaron el dolor de las víctimas, o cuando los mossos explicaron las circunstancias de los crímenes, permaneció, sin embargo, frío e impasible.
De acuerdo con el veredicto de culpabilidad, el magistrado deberá fijar la pena en la sentencia. La fiscal y las acusaciones particulares pidieron que se le condenara a 66 años y medio de cárcel por los tres crímenes y por violencia psíquica contra Mónica C. El jurado ve probado que la sometía a seguimientos, le revisaba las facturas y le enviaba mensajes amenazantes. La mujer no quiso retomar la relación y él decidió matar a sus seres queridos. Cuartero solo fue declarado inocente, por falta de pruebas, de un delito: haber robado un teléfono, un portátil y una tablet tras cometer los crímenes.
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