Arte sin materia
El CA2M repasa la ‘performance’ y el arte inmaterial con la ayuda del visitante
Escuchar al hombre con la voz más profunda del mundo. Recorrer un laberinto de tela. Conversar con la artista Esther Ferrer durante una performance. Abandonar una silla de la instalación de La Ribot en cualquier lugar del museo. Arrojar el dado filosófico de Pedro Reyes y debatir sobre la sentencia que el azar le adjudique. Pasear con unos coloridos bastones de trekkingpor Móstoles, hacer fotos con su móvil y enviárselas al artista Adrian Dan para que integre su obra. Convertirse en cantante de coro en la mini-ópera para no-músicos de Frank Leibovici.
A todas estas actividades, propias de un parque de atracciones artístico/lisérgico, invita la exposición Perm/Form. Cómo hacer cosas con (sin) palabras, comisariada por Chantal Pontbriand, que se puede ver en el Centro de Arte 2 de Mayo (CA2M) hasta el 21 de septiembre. “La performance es una experiencia", explica Pontbriand, “la presencia del público también forma parte de este proyecto, y queremos hacerle conectar con él muy rápido con esas sugerencias. Es un evento, no una exposición. Y no solo tiene que ver con el espacio, sino también con el tiempo”.
La pregunta de fondo es cómo la rigidez, la materialidad, que se le supone a un museo, se enfrenta al desafío de adaptarse a la fluidez de lo efímero. “Grandes instituciones como la Tate Modern, el Pompidou o el MoMA están encarando el problema de cómo exhibir obras inmateriales”, desgrana, “un tipo de arte que en los últimos tiempos gana protagonismo frente a lo material o la creación de objetos. ¿Cómo tener expuesta cinco meses un acción en vivo?”.
La muestra se compone de instalaciones, videoarte, fotografía, etcétera. Se podrá visitar de forma permanente, con tres “Días de la Intensidad” (el pasado 22 de marzo, el 10 de mayo y el 20 de septiembre) que concentrarán la mayoría de acciones en vivo. “Intensidad en el sentido que le dio el filósofo Jean François Lyotard,”, explica Pontbriand, “cuando ocurren a la vez muchos eventos que crean una energía que no se da cuando ocurre un solo evento asilado”.
El título de la muestra está tomado de otro filósofo, el inglés John Langshaw Austin, uno de los fundadores de la filosofía analítica y la pragmática, que en su conferencia Cómo hacer cosas con palabras (1955) estudiaba la relación entre los actos y el lenguaje. En la exposición participan, de una forma u otra, artistas como Mathieu Abonnenc, Geneviève Cadieux, Cevdet Erek, Esther Ferrer, Dora García, Camille Henrot, Latifa Laâbisi, La Ribot, Ines Lechleitner, Franck Leibovici, Cristina Lucas, Antonio Negri, Roman Ondák, José Antonio Sánchez, Julião Sarmento, Ulla von Brandenburg, Carey Young o Hector Zamora.
Aunque hoy en día pueda parecernos así, el arte no siempre ha estado vinculado con el formato exposición. “Hasta finales del siglo XVIII, la exposición era totalmente desconocida; la relación de la audiencia y el arte, al menos en Europa occidental, tenía mucho que ver la experiencia en la iglesia o con la aristocracia”, explica Ferran Barenblit, director del CA2M.
El museo tal y como lo entendemos ahora nace en el siglo XIX. El objeto gana sentido al calor de la expansión colonial y de la Revolución Industrial. Pero ahora todo vuelve a diluirse.
A Barenblit le gusta expresarlo así, de manera informal: “Gran parte de arte del siglo XX trata de crear la obra de arte imposible de ser exhibida y coleccionada. Y gran parte del trabajo curatorial y museístico de ese siglo y de este, ha sido hacer exhibible y coleccionable esa obra”. Y en esas seguimos.
Esta muestra culmina una temporada en la que el museo madrileño ha prestado especial atención a la performance, con exposiciones como la de Rabih Mroué, Los Torreznos o Teresa Margolles. Además, organizará seis jornadas de performance, danza y teatro, comisariadas por Pablo Martínez y tituladas Caja Negra, cubo blanco, a partir del próximo 27 de marzo.
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