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La burbuja ‘universanitaria’

Rectores y profesionales alertan del exceso de oferta de Grados de Ciencias de la Salud

Universidad de Medicina en el campus alicantino de Sant Joan.
Universidad de Medicina en el campus alicantino de Sant Joan.PEPE OLIVARES

Los profesionales de la sanidad de la provincia de Alicante están más que preocupados por la burbuja que empieza a formarse alrededor de las universidades privadas autorizadas por la Generalitat y que se han instalado en la provincia. Representantes de los colegios profesionales de médicos, farmacéuticos, veterinarios y odontólogos, agrupados en la Unión Profesional de Alicante (UPA) opinan que, con la actual crisis económica y los problemas de inserción laboral, la oferta debería regularse evitando la apertura de más facultades. Jaime Carbonell, presidente de UPA, cree que las universidades privadas van a convertirse en “fábricas de parados con batas blancas”. El rector de la Universidad de Alicante, Manuel Palomar, no duda en denunciar la existencia de una burbuja universanitaria alentada por el Consell.

Las Cortes Valencianas ultiman la tramitación de dos proyectos de ley para la creación de la Universidad Católica San Vicente Mártir en Sant Joan d’Alacant y la Universidad Internacional Mare Nostrum en El Campello. Los dos nuevos centros privados están ubicados en el área metropolitana de Alicante y ofertarán varios títulos de Grado de Ciencias de la Salud, a muy pocos kilómetros de la Facultad de Medicina de Sant Joan, que es la joya de la corona en investigación y prestigio de la Universidad pública Miguel Hernández.

La inminente apertura de estas dos nuevas universidades ha puesto en pie de guerra a los colegios profesionales sanitarios. “No hay ni una necesidad geográfica ni real para crear dos universidades nuevas”, asegura tajante, Antonio Arroyo, presidente del Colegio de Médicos en Alicante, quien acusa a la Generalitat de haber tomado una decisión “a la ligera” y sin medir sus consecuencias. Arroyo recuerda que este año 3.000 médicos en España se han acreditado para poder ejercer en el extranjero, “el triple que hace dos años”.

Pero el caso de los médicos no es único. Cada curso se gradúan unos 300 odontólogos en la Comunidad Valenciana que han estudiado en alguna de las cuatro universidades que imparten esta especialidad (Universitat de València y las privadas Cardenal Herrera-CEU, Universidad Católica y la sede valenciana de la Universidad Europea). El presidente del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Alicante, José Luis Rocamora, recuerda que hay otras tres peticiones tramitándose: la de una universidad católica en Gandia, y las nuevas facultades privadas en Sant Joan y El Campello. De las trescientas plazas ofertadas el curso pasado en odontología solo 80 fueron para la Universidad pública. “La masificación es un hecho y se debe poner orden”, asegura Rocamora que echa mano de las estadísticas, y pone como ejemplo la provincia de Alicante donde hay 939 dentistas, es decir, un dentista por cada 2.000 habitantes, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un dentista por cada 3.000. El sector afronta además otros problemas como el intrusismo profesional o la crisis económica que provocó el cierre de un 10% de las clínicas dentales en 2011. “Alicante está entre las diez provincias con mayor tasa de paro entre los dentistas (28%) y encima se aprueban nuevas universidades para seguir formando a profesionales que se tendrán que ir fuera a trabajar”, se lamenta Rocamora.

“Las nuevas facultades serán fábricas de parados con batas blancas”

Jaime Carbonell, presidente de la Unión Profesional de Alicante (UPA), que aglutina a todos los colegios profesionales, muestra su preocupación ante la inminente aprobación de dos nuevas universidades privadas en Alicante. “Serán unas fábricas de parados con batas blancas cuya salida será irse fuera, estamos ante una nueva burbuja, pero esta vez sanitaria”, asegura Carbonell que alerta también del problema que tendrán los estudiantes para realizar las prácticas en los hospitales. “Alguien debería pensar y ordenar la oferta, no estamos en contra de las privadas, pero no se puede autorizar títulos alegremente”, advierte Carbonell.

Luis Eduardo Montes, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios en Alicante, también coincide en que “se debe planificar mejor la oferta, porque el mercado no puede digerir todos los licenciados”. En España hay 13 facultades de veterinaria mientras que en países con mayor población hay muchas menos (5 Alemania, 4 Francia y 7 Reino Unido). En España hay una facultad por 3,5 millones de habitantes y en Europa una por cada 10 o 20 millones. Italia y España suman la mitad de los estudiantes de veterinaria de toda Europa, y en Alicante en torno a un radio de 150 kilómetros pronto habrá el mismo número de facultades que en toda Francia. “Se han abierto muchas facultades y pocas cumplen con los estándares de calidad que marca la Unión Europea”, explica Montes quien habla de las “consecuencias nefastas de este dislate”.

Los representantes de los colegios profesionales coinciden en que “la educación no se puede dejar al albur del mercado” e instan a los poderes públicos que no permitan que la elevada demanda formativa de jóvenes en paro “sea aprovechada con mejor criterio de negocio por parte de la iniciativa privada”. Los colegios profesionales exigen a la Generalitat que “congele” la autorización de las nuevas facultades y que se planifique la oferta “de acuerdo con las necesidades reales del mercado de trabajo”.

Saturación de titulaciones

La opinión de los profesionales sanitarios es compartida por los responsables de las universidades públicas. Los rectores de la de Alicante y la Miguel Hernández alertan de los problemas que tendrán los futuros alumnos para realizar prácticas en los hospitales y exigen “garantías de calidad docente e investigadora” de los nuevos centros. Alma Riera, delegada de los estudiantes de Medicina de la Universidad Miguel Hernández, admite que tantas facultades de Ciencias de la Salud provocarán “miles de parados y nos obligarán a irnos fuera a trabajar”.

Tanto los alumnos como los rectores de las universidades públicas también recelan de los dos nuevos centros privados que ofrecerán varios títulos de grado relacionados con las Ciencias de la Salud. Alma Riera tiene 22 años y estudia cuarto del grado de Medicina en la Miguel Hernández de Sant Joan. “¿Si hay más alumnos dónde haremos las prácticas?”, se pregunta la delegada estudiantil quien insta a las nuevas universidades a realizar las prácticas en hospitales privados. “De lo contrario, nosotros no tendremos plazas en los centros públicos”, se queja. Riera admite con resignación que “al final muchos jóvenes bien formados y preparados tendrán que emigrar al extranjero”.

Manuel Palomar, rector de la Universidad de Alicante, alerta de las consecuencias que tendrá la "burbuja universanitaria" que la Generalitat está alentando. Los rectores, tanto el de Alicante como el de la Miguel Hernández, Jesús Tadeo Pastor, coinciden en que el marco de negociación para autorizar nuevas universidades debe ser "un mapa de titulaciones que responda a las necesidades reales del mercado". Palomar considera que las dos nuevas universidades privadas en Alicante van a "desregular la oferta con grados sin apenas demanda". Los rectores apelan también al requisito de "calidad docente e investigadora" y Pastor denuncia los problemas que para realizar las prácticas en los hospitales tendrán los alumnos de estos grados con una elevada experimentalidad. "No habrá hospitales para todos", augura.

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