El acuerdo sobre las cuotas del cerco se rompe a las pocas horas

´El conflicto por el reparto de las cuotas de caballa y jurel entre la flota del cerco, que alcanzó su punto álgido el pasado martes con una batalla campal entre marineros y antidisturbios a las puertas del Parlamento gallego, parecía encarrilado desde la noche del pasado viernes. Reunidos con la mediación de la Consellería do Mar de la Xunta, los armadores alcanzaron un preacuerdo sobre el reparto entre los 150 buques gallegos de la capacidad de pesca autorizada. La propia conselleira, Rosa Quintana, compareció para declararse “orgullosa” ante lo que parecía el fin del conflicto. Pero unas horas más tarde, una tensa asamblea celebrada ayer en Portosín tumbó el principio de acuerdo

 La asamblea expresó su rechazo “total” al borrador negociado el viernes con la Xunta porque el sector “no quiere limosnas, sino justicia” e insistió en que el reparto más justo de la cuota debe ser en función del número de tripulantes de cada barco y no basándose en los antecedentes históricos de capturas, ya que este último favorece a los buques grandes. Tras varias horas de discusiones, el portavoz de la parte de la flota disconforme con la distribución actual —unos 120 barcos sobre el total de 150 — Andrés García, en declaraciones a Europa Press, aclaró que lo negociado con la Xunta no era un preacuerdo. “Se buscaron unas propuestas nada más que para llevar a las asambleas y lo que se creía que podía cuajar, no cuajó”, declaró García.

Sobre el principio de acuerdo del pasado viernes para que algunos buques que disponen de más cuota —por tener acreditadas mayores capturas entre 2002 y 2011, cuando faenaban en aguas de País Vasco— cediesen parte de su límite de capturas a otros con menos, García remarcó que “ese reparto es solo de gallegos entre gallegos”, por “lo que no se puede volver a premiar a otras flotas que ya tienen mucho”. El sector se queja de que la flota vasca se lleve alrededor del 45% de la cuota española mientras la gallega no llega al 25%.

El acuerdo alcanzado esta semana por la Unión Europea con Noruega e islas Feroe, que ha permitido un sustancial aumento de la capacidad de pesca del cerco gallego, solo ha contribuido, según García a “complicar más las cosas”, porque “el que ya tenía mucho ahora va a tener muchísimo” y “a los que tienen poco les dan una migaja”.