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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El cínico que se fumaba un puro

Rajoy podría favorecer a Cataluña para calmar el independentismo y castigar a la Junta por roja

Un cínico, inflexible y autoritario, dirá Paulino Plata. Un gran cínico, apuntillará Magdalena Álvarez. Aquel cínico era el ministro de Administraciones Territoriales. Hoy es presidente del Gobierno. Mariano Rajoy.

Corrían los primeros días de 1997. El entonces ministro era capaz de acortar una reunión porque el Madrid jugaba contra el Barça y quería ver el partido en la tele. O mandaba callar a la consejera Álvarez con un “le he dicho que no hable”. O encendía un puro y se lo fumaba en su despacho saltándose a la torera la prohibición de hacerlo en edificios públicos.

¿Qué les hizo Rajoy a los consejeros de la Junta para que lo calificaran de manera tan contundente? Intentó reírse de ellos cuando negociaban la financiación autonómica. En aquellos días, el Gobierno de Aznar dejó de contabilizar a 400.000 andaluces con la consiguiente pérdida millonaria para la Junta.

Han llovido muchos ministros desde entonces. Pero el problema de la financiación sigue sin resolverse. Un tema arduo. Aunque en realidad es muy sencillo: con el dinero que el Gobierno central envía a las CC AA, éstas pagan los servicios básicos esenciales, la sanidad y la educación. O sea, con esos fondos se sostienen los pilares del Estado del bienestar.

Estos días, las CCAA han entregado al ministro Cristóbal Montoro (tiene otro talante, mas chusco, modelo Chiquito de la Calzada, pero igualmente cínico) su lista de agravios.

Algunos han presentado una lista sandunguera y contabilizan el beneficio que aportan al país sus aves y sus espacios verdes, como Extremadura. Cataluña, presentan las cuentas del Gran Capitán, y engorda sus agravios hasta los 16.000 millones de euros.

Andalucía ha presentado su papel. Un documento de 57 páginas con una conclusión tajante: el actual modelo de financiación no solo no iguala a los españoles, sino que profundiza en su desigualdad.

El modelo actual no garantiza los recursos necesarios para que las CCAA puedan pagar los servicios básicos. Aumenta la desigualdad entre españoles: mientras un cántabro recibe 2.771 euros, un balear percibe 1.776 (casi mil euros menos); un andaluz, 2.107 (664 euros menos). (Datos de 2011). Una desigualdad que ni siquiera es corregida por los fondos de convergencia. Una desigualdad que le ha costado a la Junta 2.800 millones de euros.

Una desigualdad, en fin, en la autonomía financiera y en la capacidad para recaudar impuestos. La consejera de Economía, María Jesús Montero, puso un ejemplo muy gráfico. En 2011, Andalucía aumentó su tramo de IRPF a quienes ganaran más de 80.000 euros. Cataluña hizo lo mismo, pero subió menos el porcentaje y a menos gente: a los que cobraban más de 120.000 euros. Pues bien, la Junta recaudó un euro más por persona, y Cataluña 15. ¿Por qué? Porque en Cataluña los ingresos de sus ciudadanos son mucho más elevados. Son más ricos, hablando en plata.

Y esa es la cuestión. Son más ricos y por eso cotizan más. Digámoslo una vez más: no cotizan los territorios, sino los ciudadanos que habitan en ellos. Lo mismo pagará un industrial de Mataró que un hacendado de Jerez si sus ingresos son similares.

Un modelo de financiación de las CC AA debe tener en cuenta y corregir esas desigualdades. Eso es la solidaridad. ¿Es difícil? Sí. Pero lo que se demanda de un presidente que gobierna para todo el país es que se base en datos objetivos para resolver el sudoku. No en intereses partidistas o de Gobierno.

La tentación que sufrirá Rajoy de contentar a los catalanes para apagar el fuego independentista será muy fuerte. Ya cedieron sus antecesores Aznar y Zapatero. Eso sería malo para Andalucía, tan malo como que siguiera castigando a la Junta por roja.

Atentos a lo que al final decide ese cínico, inflexible y autoritario Rajoy instalado en la Moncloa. Fumándose un puro.

@JRomanOrozco

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