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División sindical y escaso tirón de las movilizaciones del 10-M

Apenas 2.000 personas se manifiestan en Ferrol en el Día da Clase Obreira Galega

Pocos y por separado. Las movilizaciones centrales de este 10 de Marzo, Día da Clase Obreira en Galicia no han tenido el tirón de otros años y las fuerzas sindicales, como viene siendo habitual, se bifurcaron en dos bloques: CCOO y UGT, por un lado, y la CIG, por otro, que restaron empaque a una protesta con 42 años de historia que hoy centró sus demandas en crear empleo y preservar los derechos laborales. En Ferrol, la cuna del movimiento obrero donde las balas franquistas sesgaron las vidas de Amador y Daniel en 1972, fue el mejor ejemplo. Con un 32% de paro y los astilleros públicos en subactividad, apenas 2.000 personas salieron a la calle en dos manifestaciones diferentes que recorrieron escenarios parecidos con una hora de diferencia.

La movilización conjunta de los sindicatos estatales fue la más numerosa, aunque apenas pasaba del millar de personas. Arrancó en Recimil a las 19:30 horas y desembocó frente al Ayuntamiento ferrolano donde el secretario comarcal de la UGT, César Fraga, cargó las tintas contra los Gobiernos del PP. “Confunden la mayoría absoluta con la absoluta impunidad y casi todo lo que hacen es casi ilegal”, aseguró, antes de lanzarse a enumerar la espiral de recortes en derechos laborales, sanidad, educación o el trato que se les dispensa a los inmigrantes. “Como bestias”, remarcó.

“Nos robaron tantos derechos que parece que vivimos como hace 40 años”, resumió el líder ferrolano de UGT, que se dolió de una comarca “machucada” que “se desangra” con “un pelotón de torpes” al mando. La responsable comarcal de CCOO, Auri Vázquez, incidió en “los 8.000 empleos perdidos en Ferrol”, que eleva a 227.000 en toda Galicia con un “gravísimo deterioro de las condiciones laborales y una involución democrática”.

Por su parte, la CIG, congregó en Ferrol a medio millar de personas tras una pancarta con un lema conciso y rotundo: “Empleo en Galicia” en una marcha que se prolongó más allá de las nueve de la noche y que lideró Suso Seixo, máximo responsable de la central nacionalista. Aunque el sindicato concentró en Ferrol los actos del 10M, había convocado otras dos movilizaciones en Santiago y Vigo. Esta última fue mucho más concurrida que la protesta ferrolana aunque igualmente floja con respecto a otros años. Reunió a unas 2.000 personas, indicó la CIG.

Por la mañana, CCOO y UGT se sumaron a la ofrenda floral que el Ayuntamiento de Ferrol deposita cada 10 de marzo a los pies del monolito de Recimil que recuerda los sucesos del 72, y las muertes de Amador Rey y Daniel Niebla, dos obreros abatidos a tiros mientras pedían mejoras laborales. La ceremonia fue mucho más fugaz que de costumbre. Una sonora pitada impidió al alcalde, José Manuel Rey, del PP, leer su discurso. Un grupo de asistentes le dio la espalda, alzó el puño y lo abuchearon. La CIG realizó su propia ofrenda poco después del mediodía.

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