Milagrosa Martínez mantiene el pulso con Fabra
La exconsejera, procesada en Gürtel, no ve motivos para dejar el escaño
La exconsejera de Turismo y expresidenta de las Cortes Milagrosa Martínez contó este miércoles chistes en los pasillos de las Cortes, se dejó besar por cuantos se quisieron acercar a ella y estuvo más dicharachera que nunca. Con todos, menos con el secretario general del PP y consejero de Gobernación, Serafín Castellano, con quien guardó las distancias.
Fue su respuesta a la exigencia de la dirección regional del PP, que preside Alberto Fabra, para que abandone su escaño en el Parlamento antes de sentarse en el banquillo de los acusados el próximo día 31, junto a la también exconsejera Angélica Such y otros excargos del PP, por adjudicar de manera supuestamente irregular el pabellón de la Comunidad Valenciana en Fitur a la trama corrupta.
La también expresidenta de las Cortes mostró su amabilidad hasta con Marcos Zaragoza, el nuevo diputado popular que sustituye a Such, que el jueves pasado dimitió presionada por su partido.
Martínez ha optado por mantenerse firme en su escaño porque, como repitió este miércoles una y otra vez, ni se ha llevado dinero, ni ha cometido ninguna infracción para que la aparten de la disciplina del partido. La exconsejera es consciente, además, de que si la dirección regional fuerza una votación en el Grupo Popular para expulsarla y dejarla como diputada no adscrita provocaría un nuevo incendio en la bancada del PP, donde los parlamentarios no ocultan el malestar existente por los cambios de criterio de Fabra.
El Grupo Popular celebró su habitual reunión antes de cada pleno pero la situación de Milagrosa Martínez, que llegó con un ligero retraso, no se trató.
El vicesecretario regional del PP, César Sánchez, reunió anoche a los parlamentarios alicantinos para hablar de la campaña a las europeas e intentar suavizar los ánimos, aunque Martínez excusó su asistencia.
En este clima de tensión, el secretario general del PP reclamó tiempo para resolver el conflicto creado. Castellano insistió en que la voluntad de Fabra es que el 31 de marzo, Martínez no se siente en el banquillo como diputada del PP.
Por otra parte, el alcalde de Orihuela, Monserrate Guillén, de Los Verdes, aprovechó su asistencia al pleno de las Cortes para afear a Fabra que haya convertido su “línea roja” contra la corrupción en “la autopista del Mediterráneo”.
Guillén acudió al Parlamento para asistir al acuerdo unánime de impulsar que el juzgado privativo de aguas de Orihuela sea considerado una institución consuetudinaria, como el Tribunal de las Aguas de Valencia, y que se promueva su declaración como patrimonio inmaterial de la humanidad. Guillén comentó el frustrado intento de moción de censura del PP para desalojarlo e indicó que pretendía poner imputados al frente del Ayuntamiento. “La línea roja de Fabra se rompe en Orihuela”, sentenció.
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