Una noche de ‘techno’ en el teatro
El ‘dj’ Óscar Mulero presenta este martes en el Nuevo Apolo una única sesión de su espectáculo audiovisual ‘Biolive’, inspirado en la generosa naturaleza asturiana
El paisaje asturiano es una mezcla de frondosa y verde naturaleza, de montaña y mar salvaje, y de torturada arquitectura industrial. Vestigios, más de un pasado que de un presente, que atraviesan la región en forma de minas, ferrocarriles, siderurgias, puertos o astilleros. Algo de esto es lo que trata de captar el espectáculo Biolive del célebre dj y productor de música electrónica Oscar Mulero y el colectivo audiovisual Fium, formado por Cristina de Silva y Nacho de la Vega. El show, que fue presentado por primera vez el pasado otoño en el Centro de Arte y Creación Industrial LABoral de Gijón, es la primera experiencia de Mulero produciendo música en directo y hoy llega a Madrid por solo una noche en el Teatro Nuevo Apolo.
¿Por qué Asturias? Sucede que el madrileño Oscar Mulero abandonó hace unos cuatro años la capital para instalarse cerca de Gijón. “Quería escapar un poco del ajetreo y mi vida laboral siempre había estado muy relacionada con Asturias, donde además conocía a bastante gente”, explica el músico. “La vida en el norte es mucho más sosegada, todo va más lento, aquí me cunde más el tiempo para todo”, apunta. Mulero es uno de los grandes nombres de la electrónica patria y se ha hecho famoso por su relación con la música más oscura, dura y percusiva del hard techno, aunque sus intereses surgieron del postpunk y del rock.
Su fama le lleva por clubs de toda la faz del planeta, así que su huida del ajetreo al refugio asturiano es relativa: “Suelo pinchar todos los fines de semana fuera y a veces es complicado porque en Asturias hay un aeropuerto pequeño con pocas conexiones”, dice, “todo es más difícil cuando tengo que trabajar en Asia o en América. Esos días araño horas de sueño en los aeropuertos. Luego, durante la semana, intento llevar un horario estricto en el que aprovecho para componer”. La música que compone sí que ha bajado el ritmo: Mulero ha pasado del furor del techno duro a los beats más pausados de la Intelligent dance music (IDM) de los noventa con la que compara su actual espectáculo: “un cosmos personal compuesto por la explosión de diferentes universos electrónicos de corte experimental: de las texturas de los Selected ambient works de Aphex Twin, con todos esos matices que nos resultan casi familiares, a la estética fría y futurista de los primeros Autechre y LFO con sus beats desafectados”, según reza el texto de presentación.
Otra novedad en Biolive es el paso de la cabina de los clubs al escenario de los teatros. “Esto es diferente porque en los festivales y clubs sueles actuar con otros muchos djs y aquí estás tú solo y todo el mundo está pendiente de ti”. También, ante un auditorio sentado en butacas resulta más difícil eso que los djs llaman “leer pista”, es decir, tomar el pulso del ánimo del público observando su comportamiento. “Esta música no está pensada para bailar y, al contrario que en una pista, muchas veces no se sabe si ha gustado hasta que acaba el espectáculo o salen las criticas”.
Sus compañeros de aventura, el colectivo Fium, es artífice, entre otras cosas, de festivales como el Arenas Movedizas o el L.E.V en LABoral. En Biolive superponen a la música de Mulero imágenes referidas a la naturaleza, pero sobre todo a la geología y geografía asturiana. “Trabajamos con el paisaje asturiano, sobre todo de la zona costera de Gijón, pero no nos aproximamos a él de una forma romántica o contemplativa, si no de forma científica” explican. Para este espectáculo los Fium han desarrollado un software ad hoc, en colaboración con el creador digital Jorge Cano, que hace que los audiovisuales respondan en cada momento a la música que Mulero genera en directo. “Biolive es un espectáculo que parece algo orgánico, algo vivo, cada show trata de ser diferente y la cosa evolucionará. Nos fijamos en los elementos físicos, las rocas, las plantas, y jugamos con todo ello como si fuera el Quimicefa”, explican.
Casualmente, estos días hay en Madrid una propuesta con la que complementar este espectáculo. Se trata de la exposición fotográfica Miradas de Asturias. Allumar, de José Manuel Ballester, en la que el fotógrafo también trata de explorar la relaciones entre naturaleza e industria en tierras asturianas. Se puede ver en el centro cultural Conde Duque, hasta el 20 de abril.
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