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Beiras exige cooperación en Anova y que cesen las luchas de poder

El nacionalista considera un "error" la dimisión de diez miembros de la directiva Las renuncias se producen después de que los militantes eligiesen ir con IU a las europeas

Las dimisiones por bandos siguen sacudiendo Anova, el partido de Xosé Manuel Beiras que nació de una escisión del Bloque, y que va de sobresalto en sobresalto. Los dirigentes que hace dos meses constituían la línea oficial y empujaban a los críticos a abandonar sus asientos en la dirección dimiten ahora tras verse en minoría, después de que un referéndum interno haya decidido por un escaso margen de votos aliarse con Izquierda Unida (y no con otras fuerzas nacionalistas, como pretendía la mayoría de miembros de la comisión permantente) para concurrir a las elecciones europeas.

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La renuncia de una decena de miembros de la cúpula de Anova fue calificada ayer de error por Beiras. En una rueda de prensa desde uno de los salones del Parlamento, el veterano dirigente abogó por buscar el consenso entre los distintos sectores de su formación y calificó como “empate técnico” el resultado de la consulta a su militancia. No obstante, Beiras recordó que existe un principio de acuerdo para concurrir a las elecciones europeas junto a Izquierda Unida y Podemos (una plataforma fundada por el politólogo Pablo Iglesias) que respondería a la apuesta por aglutinar a los movimientos sociales que recogía la segunda opción más votada por la militancia de Anova.

Antes incluso de presentarse ante la prensa, Beiras ya evidenciaba las tensiones que se viven en su organización durante el debate sobre la propuesta del Bloque para suavizar los requisitos de las iniciativas legislativas populares. Durante su turno para posicionarse, el histórico líder nacionalista defendió que durante toda su vida había primado la cooperación propia de los “sistemas socialistas” sobre la competición que define “al capitalismo” y pidió aplicar esa misma filosofía puertas adentro. “Desde que llegamos a la Cámara intentamos la cooperación con el resto de la oposición; no competimos, no vamos a disputarnos ni a movernos en la cultura paisana de pegarse un tiro por unos marcos. Y también lo denuncio dentro de mi propia fueza política. Si convertimos la vida en una lucha por el poder, sabemos cuál es el resultado. La historia de la competición por el poder es la crónica de un crimen”, aseguró.

Unos bancos más atrás, escuchaba atenta la diputada Consuelo Martínez, una de las dimisionarias en la dirección de Anova, la única con asiento en el hemiciclo. En su comparecencia ante los medios, Martínez garantizó luego que la división no interferirá en el funcionamiento del grupo parlamentario.

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