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Vecinos de Sarria se encadenan a los árboles para evitar que los corten

Critican unas obras que prevén una tala masiva dentro de un plan de Medio Ambiente

Vecinos encadenados a los árboles
Vecinos encadenados a los árboles XOSÉ MARRA

No habían pasado ni 24 horas desde la manifestación en la que un millar de vecinos de Sarria escenificaron su oposición a las obras en el río cuando se presentaron en el Malecón los trabajadores de la empresa maderista para empezar a talar los alisos. Las obras de ampliación del cauce, que la Confederación Hidrográfica Miño-Sil y el Ayuntamiento justifican en el riesgo de desbordamiento del río que atraviesa y da nombre a la localidad lucense, comenzaron hace ya días, pero de momento no se había cortado ninguno de los 178 árboles marcados con una equis anaranjada, la señal de su sentencia de muerte. Los rumores de que las motosierras iban a hacer su aparición ayer por la mañana empezaron a circular poco después de la manifestación de repulsa del proyecto. El domingo a media tarde, alguno de los 1.500 miembros que integran la Plataforma Sarriana polo Río fue alertado, y enseguida corrió la noticia por Whatsapp. Poco después, algunos vecinos contrarios a la obra con la que se pretende ampliar el cauce a la altura del Malecón (precisamente el lugar donde, según ellos, no existe riesgo de inundación) se citaron en la isla del río a las seis y media de la madrugada. Allí, una docena de personas se encadenaron a algunos de los árboles con el objetivo de “salvar los viejos ameneiros, el último pulmón verde de Sarria". Y efectivamente, dos horas después, llegaron los empleados de la maderera.

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A lo largo del día se han ido relevando los encadenados, porque buena parte de los primeros tuvieron que marchar a trabajar o atender sus obligaciones. Y en todo momento han estado acompañados por otras personas que se acercaron para demostrar su apoyo a la causa. También se sumaron a la escena "14 guardias civiles y varios policías locales", aunque su presencia en el lugar no tenía la misma finalidad. De momento, según informa un portavoz del colectivo de defensa del río, Roberto Irimia, no han caído más que cuatro árboles, ejemplares ya muy crecidos que medraban en la zona aledaña al centro de salud. Los operarios pudieron cortarlos porque se encontraban en una zona acotada para las obras, mientras los defensores de los alisos y los otros árboles de ribera se hicieron fuertes en la isla. El plan de la Plataforma Sarriana polo Río es seguir adelante con esta estrategia, aunque llueva o haga frío quieren seguir protegiendo los troncos marcados con su propio cuerpo. La empresa contratada para la tala sólo tiene de plazo hasta fin de mes para eliminar toda señal de vida del Malecón y si no lo hace en esta semana deberá esperar medio año. Según explica Irimia, se trata de una norma medioambiental que divide el año en periodos de seis meses, relacionada con el tiempo de nidificación de las aves.

 La protesta en la calle contra las obras de acondicionamiento de las márgenes, presupuestadas en 3,5 millones de euros (sin contar con unas expropiaciones que pueden elevar, según los detractores, el gasto público a siete millones) reunió el domingo, según los organizadores, a unas 1.500 personas. Su propósito es salvar los 178 árboles, pero también varios elementos patrimoniales cuyo futuro es, para ellos, incierto, como los restos medievales que conserva el puente del Camino de Santiago y la primitiva presa del río. Además, consideran desmesurado e inútil el gasto, ya que es en otras zonas, y no en los 400 metros del Malecón, donde el Sarria se desborda con las crecidas. El portavoz del colectivo asegura que "hoy mismo" responsables de la obra que se está llevando a cabo (de momento las máquinas, durante varios días, han abierto zanjas para canalizaciones) le reconocieron que el plan no va a garantizar que no se produzcan inundaciones en la localidad.

La plataforma, que cuenta con el respaldo de grupos ecologistas, nació en diciembre pasado, pero el malestar se fragua desde que la Confederación presentó su plan de encauzamiento, con actuaciones en los ríos Sarria y Celeiro. Esto ocurrió cuando todavía presidía este organismo del Ministerio de Medio Ambiente el socialista Francisco Fernández Liñares, ahora imputado en la Operación Pokémon, entre otras cosas, por supuestos amaños en las adjudicaciones en ríos de la Confederación a cambio de dinero y favores. Entonces, el PP de Sarria se opuso al proyecto. Ahora, con un presidente popular al frente de los ríos gallegos, Francisco Marín, lo apoya, aunque este llega mermado. La obra del Malecón, según Irimia, es solo la primera fase del proyecto que se pretendía hacer con Liñares.

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