Las protestas contra el ‘tarifazo’ cortan el tráfico de Barcelona
‘Stop Subidas’ traslada a la calle la mobilización tras la amenaza de multas si paraban el metro La Administración asegura al Mobile World Congress que no le afectarán las protestas
El movimiento Stop Subidas que protesta contra el aumento de las tarifas en el transporte público respondió ayer a las amenazas del Ayuntamiento de Barcelona, que anunció la semana pasada que impondría multas a quien paralizara el servicio del metro. Tras esa advertencia, la plataforma ciudadana decidió dejar a un lado las protestas en el suburbano, como había sucedido en las ocho convocatorias anteriores, y llevó sus movilizaciones a las principales vías de la capital catalana. Durante media hora paralizó las rondas de Dalt y Litoral, la avenida Meridiana y la Diagonal y la calle Aragó.
La consigna era la misma de las últimas semanas, conseguir “un transporte a precios populares”, como no se cansan de corear los participantes en las concentraciones, pero sobre todo forzar a las Administraciones a que den marcha atrás y anulen la subida de las tarifas de 2014, muy superiores a la evolución de la inflación. Ante la negativa de la Generalitat, el Ayuntamiento y el Área Metropolitana de Barcelona a asumir ese envite, Stop Subidas prevé mantener la tensión de sus manifestaciones. Lo demostraron ayer colapsando el tráfico en los accesos de Barcelona y prevén volverlo a hacer el próximo lunes con una convocatoria que puede proyectar sus protestas a nivel internacional, a costa del Mobile World Congress (MWC), eje de su próxima acción.
El impacto del MWC no pasa desapercibido y ayer era el protagonista de las conversaciones improvisadas en los corrillos de los manifestantes. Algún activista admitía que la protesta del lunes, de la que no se sabe todavía cómo se articulará, puede convertirse en la última oportunidad del movimiento para que las Administraciones y la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) den su brazo a torcer en el tema de las tarifas.
Pero mientras esperan la cita del lunes, unas 200 personas que se habían concentrado en la estación de metro de Llucmajor dejaron de lado la estación —cuyos vigilantes habían abierto los accesos para evitar problemas— e iniciaron una marcha por la Via Júlia hasta la Ronda de Dalt, que cortaron durante media hora con una única excepción: abrieron durante unos instantes un carril para dejar pasar una ambulancia. Hubo algún forcejeo menor con algún motorista que pedía paso, que se llevó una recriminación: “Lo que hacemos también es para vosotros”.
Y los mismos movimientos de Nou Barris se extendieron a los otros puntos donde el movimiento, apoyado por asociaciones vecinales, sindicales y plataformas del transporte público, había planteado cortes de tráfico similares.
En el centro de Barcelona, el inicio de las protestas fue relajado. Pese a que la convocatoria estaba fijada a las siete de la tarde, no fue hasta tres cuartos de hora después que los grupos de personas empezaron a tomar volumen en las bocas de las estaciones de Catalunya y paseo de Gràcia. En ninguna estación se paralizó el servicio y pese a la amenaza de sanciones, los manifestantes no las temían.
Pese a que el Ayuntamiento había amenazado con multas a los que impidieran el normal funcionamiento del transporte, la policía no impedió la protesta ni bajó a las estaciones. “No tenemos miedo a las multas y continuaremos protestando”, afirmaba una de las manifestantes, de edad avanzada. Otra aseguraba de las personas que protestaban: “No pararán las protestas y pese a estas amenazas hoy hemos sido más que la semana pasada”.
En Llucmajor, María Vallespí, que se había desplazado desde la Verneda, afirmaba que “no es tanto hasta dónde lleguemos nosotros, sino hasta dónde nos van a llevar ellos”, en referencia a los dirigentes políticos impulsores de las nuevas tarifas. Esa afirmación coincide plenamente con los planteamientos de Stop Subidas, que considera que la piedra está sobre el tejado de las Administraciones. Si ellos se mueven volviendo a las tarifas de 2013, habrá un cambio de actitud. A esa posición se sumaron ayer un centenar de regidores de ICV-EUiA, CUP y las Candidaturas Alternativas del Vallès.
Un centenar de concejales pide también la congelación de tarifas en el transporte
“Somos cuatro en casa y soy el único que trabaja. La T-10 es cara y se me escapa el presupuesto”, explicaba Sergio Ormeño. La T-10, el título de transporte que él utiliza y el más popular de todos los de la ATM, ha subido más de un 5%. El índice de precios al consumo (IPC) lo hizo un 0,2%.
Aunque no han logrado su principal objetivo, el de retirar las últimas subidas, las protestas de Stop Subidas sí han surtido efecto parcialmente en las Administraciones, que hecho gestos para intentar acercar posturas. De momento es insuficiente, a ojos de las organizaciones que apoyan el movimiento. Pero las tres Administraciones presentes en la ATM han abierto la puerta a una comisión social en la que negociar y han visualizado su compromiso de inyectar nuevos recursos a la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) en los próximos años para, por una parte, reducir su elevado endeudamiento (546 millones de euros) y, por otra, intentar frenar nuevas subidas tarifarias, que parecen aseguradas para garantizar la viabilidad económica del sistema que alimenta la red de autobuses, metro y Ferrocarriles de la Generalitat. El Ministerio de Hacienda también podría elevar un aportación entre 9 y 10 millones.
Las Administraciones temen, sobre todo, la imagen que la protesta pueda dar en pleno Mobile World Congress en la jornada inaugural del próximo lunes, que se había asegurado el éxito con la presencia del fundador de Facebook, Mark Zuckerberger. Si los organizadores ya recelan desde el año pasado del transporte para acceder hasta el recinto de Gran Via de L'Hospitalet, la próxima semana puede tener un problema añadido. Ayer, el consejero delegado del GSMA y promotor del congreso, John Hoffman, dijo: “Intentamos no entrar en nada que tenga que ver con la política”. Pero señaló que se había “hablado con las autoridades locales y nos han asegurado que no afectarán al Mobile, que trabajan para que no ocurra”. Fira de Barcelona tiene un plan de contingencia por si algo falla. Pero las repercursiones de la protesta continúan siendo una incógnita.
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