Ezkurdia y Zabaleta no parecen colistas

Ezkurdia y Zabaleta son los colistas del campeonato de mano por parejas. No lo parecen. Incluso, con partidos como el jugado en Labastida no lo merecen. Han ido de menos a más y tiene todo el camino por delante para animarse y dar sorpresas con un nivel de juego suficiente para amarrar los partidos y sin soportar ninguna presión. De momento han sumado otra victoria al imponerse con garantías suficientes a Titín III y Merino por 22-17.

Titín III y Merino no han podido digerir la sorpresa inicial. Después de hacer el primer tanto de la noche, apenas han tenido ocasión de reponerse ante la tacada implacable de sus jóvenes oponentes, también como ellos de Aspe. Nueve tantos seguidos apenas dejan opción para reponerse porque suponen una cuesta demasiado pronunciada para remontar. Los riojanos lo han acusado en el desarrollo posterior del duelo, donde siempre han ido por detrás con una desventaja reveladora de que ahí había demasiado desnivel.

Ezkurdia está con juego, no le ha temblado el pulso ante la veteranía de Titiín III, pero sobre todo atrás ha habido mucha diferencia. Zabaleta dispone de la pegada más fresca de cualquier zaguero presente en el campeonato. Hace juego con la mayoría de sus golpes, a los que dirige con intención desde atrás. Merino, ese vasallo siempre fiel, lo ha tenido muy complicado y se ha notado.

En realidad, el partido se ha quebrado en la primera parte, con la ventaja amasada por los chavales, animados tanto a tanto porque veían que era posible la victoria. Como era de prever, los riojanos jamás han dado por decidido el partido. De hecho, Titín III ha seguido haciendo algunos tantos propios de ese amor propio que le acompaña y de esa zorrería para romper por donde hace daño al contrario, aunque en la recta final cuando más de uno creía que se asomaba la sorpresa con el 17-20, no ha tenido la suerte suficiente.

Con ventajas siempre rondando los cuatro y cinco tantos por lo menos a partir del 10-15, Ezkurdia y Zabaleta han jugado mucho más a gusto. Se han sabido con la autoridad suficiente para mandar en el cruce del peloteo, pero siempre pendientes de que podría saltar la sorpresa. Como compañeros del cuadro, bien saben que Titín III muerde el suelo antes de perder un tanto. Pero esta noche le habían tomado la delantera con solvencia. Propia de quien no se siente colista, o que desea dejarlo de ser cuanto antes.