Cruce de talentos

Uno de los triunfadores de los concursos televisivos británicos de nuevos talentos, equivalentes aquí a OT, La Voz o Nº 1, ha agotado todas las localidades para su concierto de hoy. Se trata de James Arthur, un muchachote inglés, de baladas lacrimógenas, que casi ha alcanzado más fama por sus polémicas que por sus propias canciones.

A su lado suena casi salvaje la propuesta de Izal, uno de los grupos referentes del indie patrio de los últimos años. Aunque la voz de Mikel Izal, su líder y cantante, ha sido muchas veces comparada con la de Pucho, de Vetusta Morla, lo cierto es que han conseguido público propio por su universo de propuestas. Con ese sonido de juguete, incluido el imprescindible y omnipresente ukelele (pequeña guitarra de cuatro cuerdas) que tanto se utiliza ahora, y con esas letras emocionantes, Izal llenará esta noche La Riviera. Quienes no tengan entradas podrán seguir el concierto en directo en Radio 3 .

La música de influencias negras puede servir de contrapunto. La recrea bien Aurora García, antigua componente de Freedonia. Con su grupo The Betra-yers, presenta el disco Shadows go away, cargado de soul y funk. Pero más bestia puede resultar el regreso de Los Porretas, el grupo rock de Hortaleza. Tras algunas pérdidas irreparables de la formación original, esta noche presentan su nuevo espectáculo llamado Los Porretas la vuelven a liar. Otro regreso destacable es el de Topo, pioneros del rock urbano madrileño de finales de los setenta, devorados luego por la irrupción pop de la conocida como movida madrileña.

Eclecticismo

Contundencia sonora es lo que practican los canadienses The Poodles, que el domingo encabezan un cartel de mucho metal en el que se lucen los canarios Natribul y los donostiarras Overloud. En las mismas están Ankhara mañana sábado, y hoy mismo los grupos que pasan por el festival Cultura o Extinción (C.O.E.), donde destacan los madrileños Thay Khay, que en su último disco de versiones muestran sus eclécticos gustos que van de Ramiroquai a Sepultura, pasando por Beatles, Duran Duran, Queen, Bowie o Sixto Rodríguez.

Pero las diferencias del fin de semana las marca un cantaor como Capullo de Jerez, un pianista de jazz, como Tigran Hamasyan y un iconoclasta como el Li-chis, además del encuentro de jazz que prosigue y culmina ya en Pinto. Capullo de Jerez, talento veterano, es una de las gargantas más finas y emocionantes que ha dado ese rincón gaditano de España. Él es payo, pero los gitanos le reconocen también como uno de los suyos. A punto de cumplir 60 años, Miguel Flores, nombre civil de Capullo de Jerez, es una de las leyendas vivas del flamenco total. Lichis sigue su camino en solitario tras haber arrebatado a media España hace una década con La Cabra Mecánica y el pasado verano con La Pandilla Voladora, en la que también estaban Albert Pla, Tomasito, Muchachito y El Canijo de Jerez.

Por su parte, Tigran Hamasyan es de origen armenio, y uno de los pianistas jóvenes con más talento reconocido. Apenas alcanza los 26 años, y hace diez ya ganaba importantes premios en el mundo del piano de jazz. Y precisamente el jazz tiene también representación estos días con el reencuentro del trompetista Jerry García con la banda de Miguel Blanco, y con el fin del festival de jazz vocal de Pinto.