Volcánico
Volodos supo ejecutar con destreza el 'pianissimo' y lograr mágicos colores
Al igual que en sus visitas anteriores, Arcadi Volodos vertió en la sesión del día 3 su temperamento volcánico. Esta vez se enfrentaba al Concierto núm.1 de Chaikovski, que los pianistas temen con razón por sus altísimas dificultades: acordes y octavas muy potentes, recorridos vertiginosos por el teclado y –también- secciones donde la música se remansa y presenta demandas muy distintas a las del virtuosismo más aparente.
El pianista de San Petersburgo interpretó la partitura, sobre todo los momentos más brillantes, acelerando un punto la velocidad habitual. Elevó con ello su dificultad, al tiempo que facilitaba algún desajuste con la orquesta. El resultado fue una versión espectacular, de amplísima gama dinámica, roces poco perceptibles, gracia rítmica muy adecuada a los ecos populares que casi siempre aparecen en la música rusa, y una enorme sensación de poderío. Poderío que, en este caso, además del innegable efectismo, estaba lleno de calor y no parecía buscar únicamente el aplauso del oyente. Pero no puede negarse que resultó algo abrupto para una obra que conjuga el vigor con una subyacente melancolía. Eso sí, en medio de las furias, Volodos también supo ejecutar con destreza el pianissimo y lograr mágicos colores. Fue en esos pasajes donde pudo apreciarse una valoración del silencio y de la música más íntima que, por ejemplo, le han llevado a grabar recientemente un disco de Frederic Mompou.
Tras el descanso, y ya sin el problema –y el placer- de compartir partitura con un solista tan apasionado, la Orquesta Nacional Danesa ofreció la Sinfonía fantástica de Berlioz. Frühbeck de Burgos consiguió aquí un ajuste mayor que en el Concierto de Chaikovski, pero no se superó el listón de lo correcto, ni por la sonoridad ni por el acabado. Lo de colocar al oboe (tercer movimiento) fuera del escenario para el diálogo con el corno inglés, o hacer lo mismo con las campanas en la diabólica Noche de sabbat (quinto movimiento), no soluciona todas las cosas. Berlioz mueve esta obra en el peligroso filo que separa lo estremecedor de lo estrepitoso, y el lunes hubo demasiados deslizamientos por esta última vertiente.
Arcadi Volodos
Danish National Symphony Orchestra. Director: Rafael Frühbeck de Burgos. Obras de Chaikovski y Berlioz. Palau de la Música Valencia, 3 de febrero de 2014.
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