‘Los últimos días’ y ‘La Plaga’ se imponen en los premios Gaudí de cine

Los últimos días y La plaga, los títulos de las dos películas que ayer se impusieron en la VI edición de los Premios Gaudí de cine en una gala ágil y amena celebrada en el Barcelona Teatro Musical presentada por primera vez por Àngel Llàcer, parecen reflejar el panorama sombrío que afecta a la industria y al sector el cine catalán y también español.

Los últimos días, la película de los hermanos Àlex y David Pastor que está ambientada en la ciudad de Barcelona (en 2013) arrasada por una extraña epidemia que mata a todo el que pisa la calle y les obliga a permanecer en casa, consiguió siete de los once gaudís por los que competía, entre ellos mejor película en lengua catalana, dirección de producción, fotografía, sonido y efectos especiales. La plaga, la otra gran vencedora de la noche, de la debutante Neus Ballús hace referencia a otra catástrofe que afecta a la humanidad. Porque el excelente filme de Ballús cuenta las vidas cruzadas de cinco vecinos (no actores) de Gallecs, un núcleo rural de Mollet y cómo se rebelan contra la situación adversa que les produce la crisis. Se impuso en cuatro de las cinco categorías en las que optaba, entre ellas: mejor película, director, guión y montaje, a pesar de que ha contado con un presupuesto mínimo de 300.000 euros y rodarse entre acusaciones de que era una locura hacer una película así en tiempos de crisis.

Se equivocaron. Tras ser escogida por los organizadores de la Berlinale para estrenarse en este festival, estar nominada en los European Film Awards de la Academia Europea de Cine, llevarse ayer cuatro de las más destacadas estatuillas de la noche, opta a uno de los premios Goya el próximo domingo, tras ser nominada Ballús a la mejor dirección novel. Es una de las sorpresas del cine catalán de este año.

Durante la gala, en la que Llàcer tenía el gran reto de superar el buen sabor de boca que dejó Andreu Buenafuente que presentó la gala del año anterior, el polifacético y todoterreno showman cantó —arrancó con una versión libre de New York, New York largamente aplaudida—, interpretó, bailó y se metió con los actores y políticos del público —como el presidente de la Generalitat Artur Mas y el consejero de Cultura Ferran Mascarell— todo lo que pudo, en un espectáculo hecho a su medida en el que estuvo acompañado al piano por Manu Guix.

La periodista Mònica Terribas, los cocineros Carme Ruscalleda y Joan Roca, la cantante Silvia Pérez Cruz, Tricicle y el ex entrenador del Barça Pep Guardiola desde Alemania entregaron algunas de las 21 estatuillas por las que competían 35 producciones nominadas.

Otra de las premiadas de la noche fue la actriz Nora Navas por su papel protagonista en Tots volem el millor per a ella, la segunda película de Mar Coll. La actriz, recogió su segundo gaudí (el primero fue por Pa Negre en 2010). Su compañera de reparto Clara Segura ganó el premio a mejor actriz secundaria. José Sacristán, mejor actor protagonista por su papel en El muerto y se feliz, de Javier Rebollo y Ramon Madaula, mejor actor secundario por La por, el único premio obtenido por esta cinta dirigida por Jordi Cadena que competía por cinco estatuillas; Mon Petit, de Marcel Barrena, galardonada como mejor documental, un género que ha crecido considerablemente este año, pasando de 9 a 17, frente a otros géneros como el de animación, que tras el exitazo de 2013 con Las aventuras de Tadeo Jones, ha desaparecido en esta edición de la competición por falta de producciones; Agustí Villaronga que en 2010 arrasó con su Pa Negre al llevarse trece gaudís, fue premiado por Carta a Eva, como mejor película para televisión y la excelente Amour (Amor), película de Michael Haneke se llevó el premio a la mejor película europea (esta vez si, ya que el año pasado el galardón fue para la española Lo imposible, el filme de Juan Antonio Bayona), fueron otros de los que consiguieron llevarse el premio a casa.

Nora Navas se lleva su segundo Gaudí por ‘Tots volem el millor per a ella’

La noche también tuvo su lado negro y negativo. Dos de las películas favoritas que optaban a ocho y seis premios cada una, se fueron a casa con las manos vacías. Se trata de Fill de Caín, de Jesús Monllaó y Grand Piano, el filme de Eugenio Mira con reparto internacional que abrió el último festival de cine de Sitges.

El otro punto negativo fue la no retransmisión de la gala por TV-3. El conflicto laboral que enfrenta a la cadena pública con sus trabajadores hizo que el acto coincidiera con una jornada de huelga. Al final, se cerró un acuerdo in extremis entre la Academia y la Xarxa Audiovisual Local para que se pudiera ver la ceremonia en todos los hogares. Los trabajadores de TV-3 hicieron oír sus protestas a la entrada del BTM, coincidiendo con otra protesta de los bomberos de la Generalitat.

Isona Passola hizo referencia a ellos durante su primer discurso como presidenta de la Academia del Cinema Català. También aseguró que “el cine es una cuestión de estado que cohesiona la cultura” y explicó la tasa que la Generalitat promueve para que las operadoras de internet ayuden a financiar el cine. Antes de comenzar ya se conocía uno de los premios: el de honor que recibió Julieta Serrano por toda su carrera. Serrano, que recibió el aplauso de todos los asistentes puestos en pie, aseguró que “pese a las presiones, los actores seguirán comprometidos con nuestra profesión”.