El joven que disparó en un colegio de Sabadell murió tras ingerir cianuro
Quería vengarse de una adolescente de 15 años porque no le correspondía “Tu hija me ha jodido la vida”, le dijo al padre de la menor al que disparó
“¡Tu hija me ha jodido la vida!”, gritó el joven de 20 años Isnard S. G., responsable de sembrar el caos en el centro educativo Mare del Diví Pastor la tarde del martes, en Sabadell, y de matarse poco después, ingiriendo cianuro. Todavía es una incógnita que le pasó por la cabeza al joven estudiante de derecho, que tenía un currículo académico intachable, que nunca había dado problemas en el centro en el que estudió, que es precisamente en el que apareció el martes, armado con una pistola de fogueo, con la que apuntó y disparó al padre de C., una menor de 15 años. El hombre resultó herido leve.
“Estaba obsesionado con ella”, aseguraron ayer diversos jóvenes, que pidieron no dar su nombre, a las puertas de la escuela. Uno de ellos presenció el ataque de Isnard. “Mi hermano, que le conocía, incluso le saludó”, explicó a este diario. Ocurrió a las cinco de la tarde. En ese momento, padres y estudiantes estaban en la puerta del colegio. “Pensé que era un petardo”, contó el menor. Pero al girarse comprobó que Isnard había disparado a un hombre, que estaba en el suelo y que amagaba con huir corriendo.
Él y otro grupo de jóvenes salieron corriendo tras él para tratar de frenarle y que la policía pudiese detenerle. “Le rodeamos”, recuerda, pero niega que le pegasen. Aunque fuentes policiales aseguran que el joven se llevó algún golpe. “Pero sacó la pistola y un cuchillo”, sigue el menor, ante lo que ellos, por temor, le dejaron marchar.
En esa huida, los jóvenes vieron cómo Isnard sacaba una botella blanca de una mochila, de un litro, y se bebía su contenido. En el envase, el menor describió a este diario que había el clásico símbolo de una calavera, indicando que se trata de un producto tóxico. Fuentes policiales explicaron a este diario que el joven ingirió cianuro o arsénico.
Inicialmente se barajó la posibilidad de que Isnard hubiese muerto de un ataque al corazón, o incluso fruto de los golpes que recibió en la huida. “Mi madre estaba muy preocupada, pensado que habíamos matado a una persona”, lamentó ayer este menor. A la espera de los resultados definitivos de la autopsia, el líquido corrosivo fue lo que le causó la muerte a Isnard. En la mochila, la víctima llevaba además dos cuchillos y un pasamontañas, según fuentes policiales.
Con el caso resuelto, ayer amigos y conocidos tanto de la víctima como de la menor y su entorno especulaban con lo sucedido. “Era un chico misterioso, no contaba demasiado de su vida”, aseguró una joven. Otra indicó que cambiaba con facilidad de forma de pensar, “un día era independentista y al siguiente todo lo contrario”. Algunos jóvenes aseguraron que su obsesión no era por C., sino por su hermana R., que estudió con él también en el mismo colegio. Otros directamente indicaron que el joven no estaba bien, y que días antes amenazó a otro conocido por la red social Facebook.
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