Las gasolineras flotantes se reducen en el estrecho de Gibraltar

La reducción del consumo, las denuncias y la mejor oferta de los puertos han dejado al mínimo el bunkering, la distribución de combustible desde gasolineras flotantes en aguas del puerto gibraltareño. En solo dos años, Gibraltar ha pasado de suministrar más de cinco millones de toneladas de hidrocarburos a 3,7.

El grupo Verdemar-Ecologistas en Acción ha sido una de las organizaciones más activas en denunciar esta actividad, que consideran “una auténtica bomba de relojería”. El pasado 14 de junio de 2013, la Comisión Europea aceptó una queja de los conservacionistas al considerar que Gibraltar podría estar incumpliendo la norma que protege esta zona por ser de Lugar de Interés Comunitario. Esta declaración supone que se prohíbe expresamente "el fondeo permanente de buques tanque dedicados al suministro de combustible en las aguas comprendidas dentro del espacio protegido".

“Está claro que los vertidos y garrados de las anclas de los buques en los arrecifes están infringiendo esa directiva”, asegura el portavoz del colectivo ecologista, Antonio Muñoz, quien calcula que se han llegado a realizar hasta 60.000 operaciones de carga y descarga de barco a barco a lo largo de un año.

Fuentes portuarias de Gibraltar admiten la disminución de la compra de carburante por parte de las navieras ante la presión europea y añaden que también ha aumentado el servicio en el puerto de Algeciras. “La disminución de las tasas, el espacio y la llegada de otras empresas del sector han permitido establecer precios más competitivos al otro lado de la Bahía”, afirma un portavoz del Peñón. Vopak Terminal Algeciras, una terminal de almacenamiento de combustible ha generado un incremento de los operadores en estas instalaciones con la participación incluso de alguna de las empresas que siguen trabajando en el Peñón, como Aegean.

También hay que incluir entre las causas el descenso en el consumo de fuel por parte de las navieras a nivel mundial al aplicar lo que se ha denominado slow steaming, o lo que es lo mismo, un control de velocidad en las rutas transoceánicas que realizan, que obliga a navegar a los grandes buques portacontenedores a velocidades muy inferiores a su velocidad máxima.

En la actualidad, sólo el petrolero Andrea Jacob, de la compañía Bunkers (Gibraltar) Ltd. -capaz de almacenar 80.000 toneladas de fuel-, permanece fondeado en la Bahía algecireña. Años atrás, las gasolineras flotantes que operaban en la zona sumaban hasta más de 300.000 toneladas de almacenaje.

Las compañías que operan en los puertos de Gibraltar y Algeciras (Cádiz) han llegado a trasvasar en el último año casi seis millones de toneladas de fuel marino. De ellas, 2,65 millones  fueron distribuidas por las empresas instaladas en el puerto algecireño, 7,26 menos que en el año anterior. Asimismo, 3,7 millones de toneladas se suministraron en el Peñón, donde operan cinco compañías: Aegean Bunkering Gibraltar, que suministra un 27,14% del total de toneladas que se distribuyen en las aguas próximas a la colonia británica; Gibunco Group Cepsa, que suministra el 30,82%; Vemaoil Company, que distribuye el 38,5 %; Bunkers, que reparte el 3,49%; y Gil Oil, que completa el número de operadores, según los datos de la propia Autoridad Portuaria de Gibraltar.

En la actualidad, Cepsa Marine Fuel, Repsol, BP, Aegean, Bominflot y Peninsula Petroleum cargan sus gabarras en las instalaciones que en tierra poseen Cepsa, CLH y Vopak, generando una competencia que ha provocado un abaratamiento de los costes, incluso en Gibraltar.

El temor en la Bahía de Algeciras es que la retirada de algunas de éstas gasolineras flotantes sólo sea transitoria y que una mejora de la situación económica pueda favorecer de nuevo, el afloramiento de este tipo de buques en unas aguas que han sido en muchas ocasiones pasto de vertidos contaminantes producidos por el rebose de los tanques o por errores en las tareas de trasvase de combustible que, de forma “ilegal”, se realiza en las aguas que gestiona el puerto de Gibraltar.