Gómez elude aclarar si las primarias del PSM serían abiertas o cerradas

Tomás Gómez declinó desvelar cuál será el formato elegido para las primarias autonómicas socialistas en Madrid, previstas para septiembre y que incluso podrían no celebrarse si finalmente se acordase que Jaime Lissavetzky —de la cuerda de Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE y enemigo íntimo de Gómez— fuera el candidato del partido a la alcaldía de la capital y el secretario general del PSM repitiese al frente de la lista para la Comunidad. Un pacto que, de concretarse, dejaría en una situación de lo más incómoda a Antonio Miguel Carmona, responsable de Economía de los socialistas en la Asamblea de Madrid y cuyo nombre suena para el asalto al Ayuntamiento, donde no gobiernan desde 1989, seis años más que el Ejecutivo autonómico. El pacto también obligaría a que una parte significativa de los diputados regionales (se hablaba de una tercera parte o más) fueran del sector crítico con Gómez, que en el último congreso regional en que resultó reelegido tuvo un 42% de votos en contra.

Aunque la situación era propicia, con los socialistas más relevantes de la región reunidos en el Comité Ejecutivo, Gómez mantuvo el suspense sobre unas primarias abiertas o cerradas. Pese a ser uno de los principales promotores de las primarias a la francesa —votarían los ciudadanos mayores de 16 años que firmasen un documento de adhesión y pagaran uno o dos euros— y haberlas exigido con especial énfasis para la elección del candidato del PSOE a las generales de 2015, Gómez eludió la menor referencia en su discurso de 50 minutos ante los delegados del partido. “Europa necesita que gane la izquierda”, subrayó entre sus prioridades. A principios de semana ya había afirmado que lo que ahora ocupa al partido son las elecciones europeas de mayo, y que hasta que no se celebren no se pronunciará al respecto. Hasta entonces, el principal reto para Gómez seguirá siendo la interrupción de la privatización hospitalaria, en el que los socialistas han sido especialmente activos. “Necesitamos ganar tiempo, mientras llega el tiempo de ganarle al PP”, resumió la estrategia a seguir.

La postura del secretario general del PSM evitando las primarias no coincidió con las de algunas voces disonantes. “Tenemos que abrirnos a los ciudadanos, hacerles partícipes de nuestro proyecto”, reflexionó Pilar Sánchez Acera, que en 2012 encabezó a los contrarios a Gómez. Javier Rodríguez, secretario general en Alcalá de Henares, también se manifestó a favor, “siempre desde el respeto a las diferentes posiciones”. “Cuanto más abiertas mejor, pero poco a poco. A su tiempo. El objetivo es ganar las europeas, y no caer en más peleas internas”, observó el parlamentario autonómico José Cepeda. “Tomás Gómez tiene que aclararlo y, como seguro que va a ser candidato y tiene la potestad de decidir el cuándo de las primarias y si van a ser abiertas o no, pues que lo aclare hoy para que todos partan, los que quieran partir, en igualdad de condiciones”, expresó la portavoz de Medio Ambiente y Movilidad en el Ayuntamiento, Ruth Porta.

“Si las primarias sirven para movilizar a los ciudadanos, bienvenidas sean. Si no, las Ejecutivas regionales tendrán que tomar su decisión y asumir la responsabilidad”, apuntó Juan Barranco, presidente del PSM. Valencia celebrará primarias abiertas en marzo. A falta de conocer la fecha, también las harán a la francesa Baleares y Extremadura. En Murcia serán cerradas, después de haber sometido las dos opciones a votación (ganó el formato cerrado con un 51% de apoyos).

“Las primarias no estaban en el debate de hoy, el proceso ya se cerró en el Comité Federal de la semana pasada”, intervino el secretario de Comunicación, Enrique Cascallana, que valoró el “consenso generalizado” y “la unidad” del partido, destacando las intervenciones conciliadoras de Lissavetzky o Cepeda. En la Conferencia Política del PSOE de noviembre, Ferraz cedió a las ejecutivas regionales total libertad para decidir el formato de las primarias. Entonces, el líder madrileño no se pronunció al respecto.

Al igual que Gómez, tampoco quiso pronunciarse sobre las primarias su número dos, Maru Menéndez. La secretaria de Organización del PSM abrió a su pesar el debate la semana pasada, cuando insinuó que el liderazgo de Gómez estaba tan “consolidado” que unas primarias no tendrían sentido. Al día siguiente, visto el revuelo causado, el propio Gómez la desautorizó, alegando que se trataba de una “opinión personal”. “Una cosa es lo que dije y otra cosa son los titulares”, observó ayer Menéndez, que dio a entender que sus palabras fueron tergiversadas... por todos los medios de comunicación.

Durante su alocución en abierto de ayer, Gómez cuestionó la independencia de la prensa: “Las dificultades que pasan hacen que muchos caigan en manos del capital financiero y bajo la influencia de gobiernos. Uno de los poderes más importantes que hay está siendo asediado por el poder financiero”. El secretario general de los socialistas madrileños parafraseó a Barack Obama —“yo dependo casi exclusivamente de los medios para llegar a mis electores, me convierto en quien dicen que soy”— dando a entender que, detrás de las críticas a su gestión, hay intereses oscuros. “No les vamos a gustar a los poderosos ni a los que sirven a los poderosos... Si alguno de nosotros les gusta [a los medios], le invito a que se pregunte por qué”, apostilló.