El negocio del turismo de negocios
Barcelona es una de las cinco ciudades del mundo con más congresos El crecimiento de eventos previsto para este año alcanza el 14%
Hombre extranjero. Médico o profesional de las nuevas tecnologías. Entre 30 y 50 años. Viste americana. Y con una acreditación colgada del cuello. El número de personas con ese perfil se ha duplicado en los últimos 20 años en Barcelona. Es el prototipo de congresista. La fórmula más numerosa del turista de negocios: fueron más de tres millones en 2012, según Turismo de Barcelona. Y ellos son una de las claves de que Cataluña lograra superar en 2013 los 14.000 millones de euros de ingresos y que la ciudad tenga una oferta hotelera de más de 32.000 habitaciones que cierra el ejercicio con una ocupación del 75%, según datos de 2012.
Congresos de especialidades médicas, convenciones de empresas, grandes salones de repercursión mundial como el Mobile World Congress (MWC)... Barcelona lleva cinco años situándose entre las cinco ciudades de todo el mundo con más éxito. Y lucha por la primera posición contra ciudades como Viena y París. “Sin el éxito de los congresos no se entenderían inversiones que se plantean ahora como la del hotel Hyatt en la torre Agbar”, subraya Patrick Torrent, subdirector de Turismo de la Generalitat. Se refiere a la anunciada inversión de casi 200 millones de euros para instalar 457 habitaciones de lujo en el icónico edificio barcelonés.
Lo cierto es que el turismo vacacional ha crecido más que el turismo de congresos, pero “el turista de reuniones gasta mucho más, y además es una persona que va a volver a la ciudad”, señala Miquel Flamarich, socio director de BCF Consultors y director del Máster Universitario en Dirección i Organización de Turismo de eventos de la Universitat Autònoma. Un turista de reuniones se gasta 145 euros diarios en hotel y otros 99 euros diarios en gastos de bolsillo, desde comidas a transportes, compras u ocio. A eso se deben añadir otros 512 euros de inscripción en el congreso en el que participe y otros 526 euros en el viaje.
Nueve de cada diez organizadores dicen que repetirían la elección de la ciudad
Fira de Barcelona es el máximo exponente de ese turismo. En sus instalaciones se celebran los mayores eventos, modernizadas con el recinto de Gran Via de L’Hospitalet. Desde una convención de la empresa tecnológica SAP, que ha traído esta semana a 5.000 personas, al MWC, que contó en 2013 con 73.000 visitantes, gran parte de ellos extranjeros.
Pero además de Fira, Barcelona cuenta con otras instalaciones. El Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB), en el Fórum, alberga eventos de entre 300 y 14.000 personas. El Palacio de Congresos de Cataluña (en la otra punta de la Diagonal, junto al hotel Juan Carlos I) puede acoger eventos de hasta 3.000 personas y el 70% de sus asistentes son extranjeros. “Dan mucho oxígeno a los hoteles que hay a su alrededor”, indica Bruno Hallé, de Magma Hospitality Consulting.
Además, existe una gran oferta de instalaciones museísticas que tienen espacios para acoger actos de este tipo, además de hoteles que pugnan por este segmento y que han tomado protagonismo en los últimos años. “A veces son capaces de sacrificar el alquiler de sus salas para asegurarse la ocupación de las habitaciones y el catering”, señala un alto ejecutivo hotelero que pide anonimato.
Existe otro factor: las tarifas no son tan altas como en otras ciudades
No es casual que la planta hotelera de cuatro estrellas se haya disparado en Barcelona. Pueden acoger eventos para congresos y entran dentro de los parámetros de los códigos deontológicos de las empresas farmacéuticas, que impiden pagar hospedaje de más categoría a los médicos cuando les invitan a congresos. Incluso hay establecimientos que han optado por dejarse una estrella para no quedar fuera de un negocio activo de febrero a diciembre, con la única pausa del verano.
“El número de hoteles de cuatro estrellas crece y aún habrá más necesidad”, señala Christoph Tessmar, director del Barcelona Convention Bureau, organismo participado por Turismo de Barcelona. Tessmar señala que “hay una buena infraestructura, tenemos buenos profesionales que trabajan en eventos y a los congresos les sale rentable venir a Barcelona: está demostrado que el número de asistentes crece cuando se organizan aquí”. También es “razonable” el nivel de conexiones aéreas de Barcelona. Pero existe otro factor: las tarifas no son tan altas como en otras ciudades. Los presidentes de los congresos valoran con un 4,5 sobre 5 los eventos organizados en Barcelona y un 88% responden sí a la pregunta "¿Estaría usted dispuesto a volver a organizar el congreso en Barcelona?". “Por eso nos mantenemos líderes”, indica Flamarich.
Marc Rodríguez, el director del CCIB, reconoce que a partir de 2009 se sufrió una caída de eventos “pero en 2014, que prevemos crecer un 15%, y 2015 nos recuperaremos”. “Lo de este año ya está todo confirmado, nosotros trabajamos para los años 2018 y 2019”, añade el director de expansión de Fira de Barcelona, Pere Camprubí, quien señala otro de los éxitos de Barcelona: “Fuimos antes que nadie a buscar al exterior salones internacionales”.
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