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Música

Joya del XIX sale de permiso

Emilio González Sanz pone a dialogar a Mozart y Arriaga ante un piano reliquia de 1830 sacado del Real Conservatorio

El pianista Emilio González Sanz, con el piano histórico que el próximo lunes se escapa del museo para evocar a Mozart y Arriaga.
El pianista Emilio González Sanz, con el piano histórico que el próximo lunes se escapa del museo para evocar a Mozart y Arriaga.álvaro garcía

Parece difícil que escuchar a Mozart pueda llevar un componente novedoso. Pero el lunes lo que ofrece el pianista Emilio González Sanz no es un concierto al uso. El Real Conservatorio Superior de Música abre sus puertas para dejar salir uno de sus tesoros: el piano británico de Broadwood & Sons fechado en 1830, que se expone junto al violín de Sarasate. ¿Su destino? El Teatro El Sol de York, en Chamberí.

Uno de los objetivos del pianista, que es un incansable investigador que busca recuperar patrimonio musical olvidado, es que renazca la figura de Juan Crisóstomo de Arriaga, el llamado en su época el Mozart español, y enfrentarlo a pequeñas piezas del genio de Salzburgo. “Entre Mozart y Arriaga se puede ver el paralelismo que hay en cuanto a estética y un espíritu común con el que miran hacia la misma meta, anticipando un estilo que en el romanticismo encarnará Franz Schubert”, dice este pianista soriano de 38 años que es profesor de Música de Cámara en el conservatorio de Atocha.

“La obra para piano de Arriaga tiene un carácter aún no muy pulido. El bilbaíno comenzó a componer muy joven y donde más cómodo se le ve es en obras como sus cuartetos de cuerda o la obertura Los esclavos felices. Para el piano destina una escritura muy violinística, que luego se torna virtuosística como en su Tarantella”, dice el instrumentista. Por eso durante el recital va enfrentando las pequeñas piezas de Arriaga con otras de Mozart, para trazar ese diálogo existente pero poco explotado entre dos músicos inquietos: “Hay una Romanza para niños de Arriaga y una sonata de Mozart que se tocarán en el concierto que puestas juntas parecen la misma obra”.

Pero tampoco esperen escuchar al Mozart más conocido, porque las obras elegidas del austriaco no son las obvias. “En el concierto se van a escuchar piezas de Mozart muy raras, que no se suelen tocar mucho. Condenando al olvido esas obras, nos perdemos una personalidad arrolladora y sin límites, obras que parece increíble que sean del mismo autor que concibió La flauta mágica, dice González Sanz. Estas piezas tendrán también la suerte de revivir en una joya británica hecha piano que tiene una “sonoridad muy poderosa” y que el pianista asegura que será “una experiencia para la gente, ya que está afinado un cuarto de tono por debajo”.

Este tipo de instrumentos históricos abre siempre un debate que sigue presente sobre si, por ejemplo, un piano actual es adecuado para interpretar una obra que se compuso cuando el piano aún no había nacido. “Si Mozart o Arriaga vivieran en esta época, disfrutarían de estos instrumentos modernos y de todos los adelantos técnicos que se les han incorporado. Pero tocar con un instrumento de aquella época no basta: eso no conlleva que el intérprete toque con el estilo que se llevaba en la época. No creo que haya que ser tan purista, pero disfrutar de un instrumento así es un lujo”, dice el pianista.

El concierto se integra dentro de un ciclo llamado Gamma Heart, que persigue una inquietud que también tiene el pianista: “acercar la cultura a la gente desde las distintas artes con una nueva visión”. Para González Sanz, la misión de los intérpretes debe ser la de buscar maneras de acercar la música a aquellos que no han tenido la suerte de conocerla. Y justifica ese desapego de la gente diciendo que “la gente está quizá cansada de escuchar lo mismo tocado de la misma manera”, y por la escasa presencia de la música en la educación. “No solo en los colegios, sino también en las casas. Un niño debe tener contacto con todo tipo de músicas en su crecimiento”, dice el pianista. Además, apuesta por romper las barreras del público de cada una de las artes para caminar hacia un tráfico fluido que se mueva en un ambiente multidisciplinar: “¿Por qué existe, por ejemplo, un público para la danza y otro para la música, cuando son dos artes que comparten tanto?”.

Concierto de Emilio González Sanz. Lunes 27 a las 21.15 en el Teatro El Sol de York (Arapiles). Entradas de 3 a 15 euros.

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