Nostalgia del ‘drugstore’
El líder de Burning, que acaba de presentar nuevo disco, se refugia en las cervezas de su bar para repasar las calles que han marcado una vida dedicada al 'rock and roll'
1. Todo Madrid. La ciudad entera es mi primera opción. La quiero por los cuatro costados: sus garitos, su gente… Es un tópico, pero uno se cansa de Madrid, necesita irse, y a los tres días ya está echándola de menos. Nací en Chamberí y me crié en Carabanchel. Mi padre y mi abuelo son de aquí, así que soy gato cien por cien.
2. Cocodrilo Rock Bar. Lo monté en el 88 en homenaje a mi tronco Tono, que quería montar un local con ese nombre en Malasaña y se quedó en el camino. Tengo la sensación de que en los bares de ahora hay algo que no funciona: o la cerveza no está lo suficientemente fría o la música falla. Así que no salgo mucho y me quedo en mi guarida, donde pincho y tengo una cerveza que no sé si beberla o enmarcarla (Calle de Cebreros, 101).
3. La Elipa. La hicimos famosa gracias al grupo. Aún estoy esperando que le pongan una plaza o una fuente a Pepe (Risi, antiguo líder de Burning, fallecido en 1997). Iba con los colegas porque todos eran de allí. Jugábamos al billar y siempre cerrábamos el Manivela.
4. El Pentagrama. Me pilló en mi época de fantasía, de explosión. Vivía en la zona y allí estaban todos: Alaska, Antonio Vega… Y con Tierno Galván como alcalde. Se notaba que algo estaba cambiando. Teníamos 18 años y éramos capaces de atravesar el muro de Berlín. Un día pedí Sweet Virginia de los Rolling Stones y me dejaron ponerla a mí (Calle de la Palma, 4).
'Pura sangre'
Juan Antonio Cifuentes, (Madrid, 1954) lleva tres décadas repartiendo cartas de amor a Madrid. Líder de Burning tras la muerte de Pepe Risi, en 1997, acaba de presentar en la capital Pura Sangre, primer álbum de estudio tras 15 años.
5. El Forestal. Vivo en Villaviciosa de Odón desde hace veinte años. Es un sitio medio residencial, medio ciudad dormitorio y tiene este pequeño bosque donde te vuelves a encontrar conejos, perdices… ¡Yo, que me he comido el asfalto! Voy a allí a hacer footing por las mañanas.
6. La Metralleta. Es un sitio alucinante para comprar vinilos. El otro día salí mal del parking y di de lleno en la galería. Me entró de nuevo el sabor de hace años. ¡Y sigue el mismo dueño! Puedes pasar horas dentro y no darte cuenta de que fuera es de día (Parking de las Descalzas, s/n).
7. Gran Vía. Generalmente subo desde Príncipe Pío y la recorro hasta la sala El Sol. Es una película. Te puedes sentar en cualquiera de las terrazas y asistir a la mejor sesión de cine que puedes ver. Desde Callao ves los rascacielos de pastel que tenemos.
8. Casa del Libro. Lleva subsistiendo los mismos años que llevo yo aquí. Últimamente leo mucho y todo lo que tienen es una pasada. Tiene ese olor a libro nuevo que te recuerda a la primera vez que la lectura y te embriaga (Gran Vía, 29).
9. El charco del cura. Es el local de enfrente del estudio donde hemos grabado el último disco. Es muy reciente y nos hemos pasado el día cañeando y comiendo allí. Es de los que te ponen un botellín antes de que te acabes el otro. Lo hemos convertido en una segunda casa y a los dueños en familia (Monte Igueldo, 85).
10. Los ‘drugstores’. Antes había unos cuantos. Estaban toda la noche abiertos y podías beber en una especie de paréntesis legal. También servían como inspiración para escribir letras de canciones. Quedaba uno en Fuencarral y creo que ahora es un VIPS o algo así. Solo nos queda apostar por los locales de extrarradio como el Gruta 77, que tiene una programación exquisita.
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