Trias pide a los Reyes “trabajo y confianza para salir de la crisis”
La cabalgata abarrota con 600.000 personas cinco kilómetros de calles de Barcelona
La goleta Santa Eulàlia se viste de gala, con centenares de banderitas de colores, una vez al año: el día que entre sus tres mástiles, aunque sin las velas izadas, navegan Melchor, Gaspar y Baltasar. El buque insignia del Museo Marítimo de Barcelona volvió a atracar en el Moll de la Fusta y sus majestades provocaron un delirio infantil que se prolongó durante la cabalgata y solo se interrumpió entrada la noche. Esta mañana se habrá desatado de nuevo la ilusión, la que llega a las casas con los pijamas todavía puestos para desenvolver los regalos.
En su discurso de bienvenida a los Reyes Magos, el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, les aseguró que se trata de una ciudad de acogida, donde a veces los pequeños se portan mejor que los mayores, dijo. A la hora de exponer su carta, y tras recordar que los actuales son “tiempos difíciles para muchas familias que sufren y ven el futuro con pesimismo”, les pidió “oportunidades, trabajo y confianza en el futuro para salir de la crisis”. Después les entregó el pan y la sal como símbolo de hospitalidad, y la llave de la ciudad, la llave que abre las puertas de todas las casas.
Con media hora de adelanto, este año a las 18.00, la cabalgata salió del parque de la Ciutadella y finalizó en Montjuïc, cinco kilómetros más tarde, con la perceptible novedad de los aromas que desprendían las carrozas de los tres Reyes. Un añadido celebrado entre el público, que también aplaudió otras incorporaciones, como la carroza del Universo (con estrellas, planetas y satélites); seis preciosos caballos blancos hinchables que precedieron la llegada de Melchor; una carroza de juguetes con dos divertidísimos transformers que pasaban de persona a coche en un santiamén; o nuevos personajes en la carroza que recoge chupetes de niños que ya no tienen edad.
Y al final, tres fábricas de chucherías en tres autobuses turísticos, los únicos vehículos que lanzaron caramelos de un espectáculo en el que participan 1.300 personas. Como en otras ciudades, el sistema de reparto de caramelos se ha modificado tras la muerte de un niño el año pasado aplastado por un vehículo en la cabalgata de Málaga.
Los desfiles de los Reyes se sucedieron en barrios y ciudades de toda Cataluña. Televisivamente, triunfó la de Lleida elegida este año por TV-3 para la retransmisión.
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