Los bomberos atienden decenas de avisos de daños e incendios por el fuerte viento
El temporal causó daños en árboles y edificios y causó varios incendios
Incendios de matorrales, desprendimientos en fachadas, tejados, persianas y carteles, y árboles dañados. Es el rastro que dejaron este sábado las fuertes rachas de viento que barrieron el interior de Valencia y zonas de Castellón. El vendaval alcanzó los 107 kilómetros por hora en Godelleta, 104 en Vilafranca (Castellón) y 93 en Manises. En Alicante, el viento cogió fuerza a última hora de la tarde, cuando en el aeropuerto de L’Altet se midieron rachas de 18 kilómetros por hora que subieron a 84 en apenas media hora.
Los bomberos no dejaron de recibir avisos. El Centro de Coordinación de Emergencias contabilizaba a las 21.30 un total de 249 llamadas por incidencias causadas por el viento, entre incendios, daños materiales y problemas de circulación, aunque no tenía constancia de heridos.
Los bomberos del Consorcio Provincial de Valencia contabilizaron al menos 40 salidas en una larga lista de municipios que avisaron de árboles y vallas caídas, y desperfectos en edificios. Además, en Alzira los bomberos combatieron un incendio en una zona de cañar que afectó a cuatro naves industriales y en Xàtiva otro fuego en unos matorrales avanzó varios kilómetros antes de ser controlado a las puertas de un polígono industrial. El viento también estuvo en el origen de un incendio forestal en Navarrés que obligó a movilizar a ocho brigadas. A última hora, Emergencias afirmaba que la extinción evolucionaba “favorablemente”.
En la provincia de Castellón, las rachas desprendieron parte del tejado metálico de la lonja de Burriana y los bomberos del Consorcio atendieron 22 avisos por daños en distintas localidades y por tres pequeños incendios. Además, la unidad de rescate acuático de los bomberos y Salvamento Marítimo se movilizó por un surfista que se había quedado a la deriva aunque finalmente pudo llegar a la playa.
El Consorcio de Bomberos de Alicante destacó de la jornada un servicio en Monóvar, donde tuvo que reforzarse una plancha del teatro municipal que tenía peligro de desprendimiento.
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