Una fiesta plagada de menores
La Policía Municipal desaloja un restaurante chino de Arganzuela en el que había el doble del aforo permitido, 102 adolescentes bebiendo alcohol y fumando
Doble de aforo, menores bebiendo alcohol y fumando. Eso es lo que se encontraron el pasado fin de semana los agentes de la Unidad Integral de Distrito de Arganzuela cuando inspeccionaban un restaurante. Lo que debía ser una fiesta privada terminó con el desalojo por parte de la Policía Municipal que sancionará al propietario del establecimiento al menos por las tres infracciones.
Los hechos ocurrieron el pasado sábado alrededor de las 20.40, cuando los agentes que iban en un coche patrulla observó una gran afluencia de jóvenes a un restaurante chino situado en la plaza de Francisco Morano número 3. Por ello, se acercaron al local para inspeccionar, pero no pudieron dada la gran cantidad de personas que había en la entrada. Según fuentes policiales, el local se encontraba con la música a gran volumen, con la luz en semipenumbra, como si se tratara de una discoteca.
Los policías se percataron de que había gran cantidad de jóvenes, en su inmensa mayoría menores de edad. Estaba fumando y bebiendo alcohol.
Los agentes decidieron desalojar el restaurante, que solo cuenta con una única salida. Ante el riesgo de que se produjera un incidente más grave, ordenaron el desalojo del mismo. Esto les permitió el recuento de los asistentes. Comprobaron que habiá 126 personas, de los que 102 eran menores de edad, pese a que el aforo permitido para el establecimiento es de 61 clientes, según fuentes policiales.
Los policías ordenaron que cesara la música y que se encendieran todas las luces. Entonces vieron que las sillas estaban colocadas junto a las paredes, de forma que la parte central había quedado como zona de baile. También se habían dispuesto mesas con bebidas alcohólicas y refrescos. Los aseos se hallaban en condiciones lamentables de salubridad. Según la descripción de los agentes, estaban llenos de vómitos y de orines. El resto de mesas estaba apilado en la calle, junto a la fachada.
Según investigaron los agentes, un instituto había alquilado el local para celebrar una fiesta por la que habían pagado 700 euros. La inspección de los agentes también halló otras irregularidades importantes, como ejercer una actividad distinta a la que tenía autorizada (restaurante y no como bar especial) y no acreditar el contrato de mantenimiento de los extintores antiincendios.
Dos de los menores fueron atendidos por consumo excesivo de alcohol y a otro se le decomisó una bolsa de marihuana que portaba.
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