Tocó la lotería... y el partido continuó
La entidad reparte en participaciones gran parte del quinto premio 55.695, caído en Premià
Corría el tercer cuarto del partido de futbol base (son cuatro cuartos de 10 minutos) que enfrentaba a la Asociación Deportiva La Salle de Premià de Mar (Maresme) con Unión Deportiva Lourdes de Mollet del Vallès. Los locales iban avanzados en el marcador, 3-2, cuando el público estalló en gritos de alegría. En el campo, nadie entendía nada, porque no se había producido ningún gol. “Se me acercaron por la banda y me dijeron me nos había tocado, ¡que nos había tocado la lotería de Navidad!”, explica eufórica Xavi Gutiérrez, el entrenador del equipo prebenjamín C, con chicos de seis años. Este club de futbol de Premià repartió 70 series del quinto premio 55.695, que son más de cuatro millones. 50 series más, tres millones, se vendieron en ventanilla desde la administración número 1, ubicada en pleno centro de la población. El resto de series se devolvieron.
A pesar de la feliz noticia, el partido continuó. Resultado final: 3-3. “Nos metieron un gol en el último minuto, muy injusto”, se quejaba el entrenador. Pero cuando sonó el silbato que marcaba el final, decenas de padres saltaron al césped gritando y abrazándose como si hubieran ganado un campeonato de primera división. El club repartió 15.000 euros de lotería en papeletas de dos euros. De estos, medio euro se lo ha quedado este club de futbol base donde juegan niños entre 4 y 16 años. “Podremos arreglar los vestuarios”, se oía repetir a varios padres. El club jugaba el número desde hacía más de tres décadas y ya en otras ocasiones había sido premiado, pero con cuantías menores.
Rápidamente el cava empezó a regar el césped artificial del campo, situado junto al imponente edificio del colegio La Salle. Uno de los hombres más buscados y abrazados era el hermano Jesús Linares, exdirector de la escuela ya jubilado y impulsor del campo en la década de los 70. Linares vendió 22 talonarios, cada uno con 50 participaciones. Al final solo le quedaron 10 papeletas. “Se las regalé a dos ancianas el otro día porque sus hijos habían sido alumnos míos”. Él no se quedó ningún número. “Yo no necesito nada, ya soy feliz”, explica mientras no para de recibir abrazos de los agraciados.
En medio de la celebración saltaba efusivamente Jordi Mercè, encargado del mantenimiento del campo. “La alegría es enorme, ha tocado a la familia y a mucha gente en paro y que tiene problemas para pagar la mensualidad del futbol de sus hijos”, explica. Para Mercè, los 4.500 euros que le han tocado serán como un balón de oxígeno. “Estaba pelado. Me servirán para pagar deudas que tenía y algún regalo para mis hijos”, cuenta el utilero, conocido con el apodo de Puyi. Por Puyol [el jugador del Barça], tengo el mismo pelo que él y no me peino”, bromeaba con sus colegas mientras intentaba poner en orden su cabellera rizada empapada por el cava.
Los niños responsables del reparto de los cuatro millones tampoco se perdieron la fiesta. Pau Vázquez, de 12 años, debía jugar con su equipo en Mataró. Pero una lesión lo dejó en casa. “Estábamos viendo el sorteo por la tele y mi padre dijo: ‘este número me suena’, y vimos que nos había tocado, no lo esperábamos”, explicaba el chico mientras empieza hacer mentalmente la carta de Reyes. “Unas botas de futbol”, suelta.
La suerte cayó en Premià con pequeños premios y muy repartidos. Los beneficiarios admitenque les ayudará mucho en estos momentos de crisis. Xavi Gutiérrez, que ejerce de entrenador voluntario, asegura que los 2.250 euros que ha ganado le vendrán "de lujo”. Está acabando la carrera de Empresariales y el próximo año quiere empezar Administración y Dirección de Empresas. “Con lo caras que están las matrículas, me va muy bien porque apenas gano dinero repartiendo propaganda. Me ha llovido dinero y una felicidad enorme”, admite.
Nuria Pino estaba doblemente alegre. Por un lado, había repartido la suerte en las papeletas de su hijo de siete años a muchos conocidos y a ella le han tocado 4.500 euros. “No se puede hacer mucha cosa, pero al menos estas Navidades estaremos tranquilos”. Por otra, parece que la suerte le ha cambiado después de cuatro años en paro. “Justo el viernes me llamaron para empezar a trabajar la semana que viene”.
La celebración se alarga y muchos se incorporan poco a poco. Marta Benet y Joaquim Ramos estaban en Pineda viendo jugar a su hijo en otro de los equipos del club cuando les comunicaron por teléfono la noticia. “Hemos venido corriendo.
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