La basura empieza a acumularse en las calles de Málaga por la huelga
Una propuesta de última hora de Limasa no frena el paro, que arranca con división en la plantilla El alcalde amplía al domingo la oferta de retirar el ERTE si los trabajadores aceptan su plan
La basura empieza a acumularse en algunos contenedores de Málaga, pero las primeras horas de la huelga indefinida convocada por los trabajadores de la empresa del servicio de la limpieza (Limasa) se vivieron sin incidentes destacables. La rotura de escobas, palos en las puertas de tres cuartelillos o un leve sabotaje del depósito de gasóleo de otros tantos camiones, que se solventó de inmediato, fueron los únicos percances registrados tras el inicio del paro la madrugada del viernes.
Un fuerte dispositivo policial en la planta de Los Ruices, sede de Limasa, garantizó la salida de los vehículos que debían cubrir los servicios mínimos, que se cumplieron. Son del 65% en el centro y del 40% en el resto de la ciudad. Según el área de Medio Ambiente, se recogieron 86.000 kilos de residuos, frente a los 160.000 que son habituales en una jornada laboral.
Tanto Ayuntamiento como comité de empresa cifraron el seguimiento en un 90%, un porcentaje elevado que contrasta con la división con la que la plantilla arrancó el paro por la última propuesta que la empresa puso sobre la mesa.
Un mensaje de Twitter del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, minutos antes del inicio de la huelga contribuyó a aumentar las dudas. “Si los trabajadores de Limasa aceptan la oferta entregada, y por tanto se firma, a primera hora de mañana se retira el ERTE”, dijo el regidor en la red social. El mismo texto se envió desde un teléfono corporativo a buena parte de los trabajadores. Centenares de ellos aguardaban en la planta de residuos para conocer el resultado de las negociaciones y hubo un grupo que pidió una votación. El comité de empresa lo descartó al considerar que se trataba de un encuentro meramente informativo.
De la Torre amplió ayer su oferta hasta la medianoche del lunes y dijo que Limasa retirará el expediente de regulación temporal de empleo, cuya aplicación está prevista a partir del 1 de enero para toda la plantilla (1.325 trabajadores), si una asamblea ratifica la propuesta y desconvoca la huelga. Dudó que pueda existir otra “mejor” en estos momentos.
El presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte, rechazó que exista división entre los trabajadores y dijo que está dispuesto a negociar. Muchas circunstancias indican que el domingo podría celebrarse una asamblea.
La merma de ingresos por los días de paro pesa sobre el ánimo de los trabajadores, pero también la pérdida de seis días de descanso durante otros tantos meses que incluye la propuesta de Limasa, participada en un 49% por el Ayuntamiento. La empresa ha planteado trabajar un sábado al mes entre mayo y octubre y que ese día no se recupere. Este es el escollo para cerrar un acuerdo.
Belmonte reconoció que lo que separa a las partes es “mínimo”. El planteamiento de la empresa incluye una congelación salarial en 2013 y 2014, de la que está excluida el plus de antigüedad, y la reducción de la paga de productividad a 368 euros brutos (este año ha sido de 868 euros). El ahorro que se persigue para el próximo ejercicio es de seis millones de euros y esta oferta lo rebaja a unos 5,3 millones, diferencia que asumiría el Ayuntamiento.
Los representantes sindicales censuran que los recortes se carguen exclusivamente sobre los empleados y que el Ayuntamiento no haga igual con la parte privada de Limasa, controlada por FCC y, en menor porcentaje, por Urbaser y Sando. De la Torre aseguró que “presiona” para que las empresas renuncien a sus beneficios (unos 600.00 euros al año) y que solo ha arrancado el compromiso de que acepten cobrar la mitad.
La huelga de Limasa se convirtió ayer en la protagonista del último pleno del año y los grupos de la oposición, PSOE e IU, reprocharon al alcalde la gestión de la empresa y del conflicto.
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