Temporada Alta atrae a 48.000 espectadores

La XXII edición de Temporada Alta pulveriza récords. El festival internacional de Otoño de Cataluña ha bajado el telón con la mayor ocupación de su historia. 48.000 espectadores han pasado por el centenar largo de representaciones de los 88 espectáculos programados con una ocupación media del 93'41%. El éxito de esta convocatoria multidisciplinar es mayor si se tiene en cuenta que se ha conseguido con un presupuesto —2,3 millones de euros— un 30% inferior.

Entre el 3 de octubre y el 8 de diciembre un total de 47.914 espectadores, 3.376 más que en 2012, han pasado por los 13 escenarios de Girona y Salt. El público, mayoritariamente de Cataluña y también de Francia, ha disfrutado de 25 estrenos absolutos, 34 espectáculos internacionales de 16 países diferentes y 42 producciones de autoría catalana. El el público es el principal aliado del Festival como lo demuestra que además de llenar las funciones previstas, ha forzado a programar otras 25 complementarias. El director del Festival, Salvador Sunyer, destacó que se haya conseguido un record de público con un 30% menos de presupuesto de hace tres años y ha agradecido el apoyo de los espectadores. “Todas estas cifras y la composición del presupuesto nos hacen pensar que, a pesar de los recortes, Temporada Alta es sostenible, teniendo en cuenta que más de la mitad de su presupuesto procede de recursos propios por segundo año consecutivo”, afirmó.

El presupuesto de esta edición ha sido de 2'3 millones de euros. De estos, un 26% procede de la esponsorización privada, el 21% de la venta de entradas, y, el resto, de ayudas públicas, sobretodo de la Generalitat. El consejero de Cultura, Ferran Mascarell, avanzó que en 2014 la Generalitat mantendrá la aportación económica, unos 700.000 euros. Mascarell puso en valor el papel que juega el Festival de Otoño de Cataluña porque “se ha convertido en la cita de referencia de las artes escénicas de Cataluña y va camino de ser imprescindible dentro del panorama europeo”. Y todo ello, además, surgido de una base de un embrión de dramaturgia catalana. Mirando a futuras ediciones, el festival pretende reforzar el papel de altavoz de la creación catalana por toda Europa e Iberoamérica y también situarse como espacio de reflexión del panorama escénico.