El Cabanyal clama contra la degradación

El auditorio estaba enfadado. Cuatro asociaciones de El Cabanyal han tenido que recoger 2.053 firmas en el barrio para que el Gobierno local de Valencia convocase un pleno en el distrito marítimo que tratase de forma monográfica la degradación de la zona: Unas 120 casas ocupadas ilegalmente (70 de propiedad pública y 50 de privados), enganches ilegales a la red de luz y agua, patios repletos de chatarra, basura arrojada desde los balcones, falta de limpieza y suspensión de licencias, describieron vecinos y portavoces de la oposición —PSPV, Compromís y EU— en una junta presidida por el concejal delegado de Deportes, Cristóbal Grau, y por el de Urbanismo, Alfonso Novo.

“Llevamos 15 años a la espera y queremos soluciones ya”, exigieron un par de vecinas en el patio de butacas. Unas 120 personas abarrotaron la sala y otras decenas más se quedaron en la calle por las estrechez del recinto. Cartulinas de protesta que se alzaron lo imprescindible para no enturbiar el debate y llamadas de atención de Cristóbal Grau a un auditorio que cerraba cada intervención de sus portavoces con un aplauso cerrado.

Tomaron la palabra dirigentes de la asociación de vecinos del Cabanyal-Canyamelar, de Salvem El Cabanyal, de la asociación de vendedores del Mercado y del colectivo de comerciantes. Denunciaron que hace año y medio se puso en marcha una hoja de ruta —el plan MAS— para mejorar las condiciones de habitabilidad y convivencia en El Cabanyal “que ha defraudado nuestras expectativas”, denunció el hostelero Emiliano García. Se quejaron de la falta de coordinación de la policía nacional con la local y de que en el barrio, con un gran número de marginados, los servicios sociales deben actuar.

“Es injusto que se nos obligue a vivir de este modo”, dijo Maribel Doménech, de Salvem. Vicent Gallart, vicepresidente de la asociación de vecinos, inquirió a Grau por la parálisis de licencias y Juan Faus, vendedor del Mercat de El Cabanyal, soltó a bocajarro si el Gobierno local tenía previsto “abrir el diálogo” con los residentes del barrio después de que el Consejo de Ministros acordase con la Generalitat que el plan urbanístico del Cabanyal se adapte a la orden ministerial que lo previene del expolio.

Grau respondió a las demandas de vecinos y oposición anunciándoles la entrega, al final de la junta, de un informe por escrito donde se detallaban las actuacionesl del Gobierno local en el barrio. “Probablemente no dé la respuesta deseada”, reconoció, “pero es el análisis que hacemos del plan MAS. Acto seguido, Grau dijo haber tomado nota de otras reivindicaciones y cerró la sesión. Una parte de los asistentes estalló al grito de “¡dimisión!”, “¡verguenza!” o “¡elecciones, ya!”.

En el resto de juntas de distrito se celebraron también plenos extraordinarios en medio de las protestas de asociaciones vecinales y oposición por las cortapisas que el Gobierno local puso a estos plenos de barrio. La oposición abandonó las juntas en protesta.