Hosteleros y vecinos culpan a Castedo de las molestias del ocio nocturno
La alcaldesa de Alicante admite que pueden exigir que se cumpla la ley
Por primera vez en público, y sentados en la misma mesa, representantes de los comerciantes, restaurantes, discobares y los vecinos del centro de Alicante coincidieron en que atajar las molestias que genera el ocio nocturno es responsabilidad del Ayuntamiento, que no pone los medios suficientes para hacer cumplir las normas vigentes.
Dentro del ciclo Seu Oberta, que organiza la Universidad de Alicante y EL PAÍS, en una mesa redonda denominada Alicante, espacio público, negocio privado, se reflexionó el lunes por la noche durante más de dos horas en voz alta sobre el conocido tardeo, la moda de tomar copas los sábados por la tarde en las terrazas de la calle Castaños y aledaños, y la prolongación de esa fiesta hasta la madrugada.
“Es un conflicto que no hemos generado nosotros”, aseguró Lalo Díez, representante de los dueños de los locales de copas. “No estamos en contra de los bares, pero hay un exceso de ocupación de la vía pública”, se quejó Alcázar Moreno, de la asociación del centro tradicional. Los vecinos insistieron en que muchos establecimientos no cumplen la normativa vigente en cuanto a horarios, número de mesas en las terrazas y decibelios en la música.
En cambio, los hosteleros aseguraron que “la mayoría de los locales” cumple, y las inspecciones son permanentes. “Los vecinos son un activo para nosotros”, aseguró Díez, que instó al Ayuntamiento a “regular” el tardeo. “Hace falta más policía, nosotros no queremos gente gritando, orinado o vomitando por la calle, pero no podemos llamarles la atención fuera de nuestro local”, dijo Díez. Los dueños de los locales insistieron en que su actividad genera puestos de trabajo y riqueza. María José San Román, de la asociación de hosteleros defendió el modelo de Alicante, que se ha convertido de manera “espontánea” en un destino turístico de ocio porque “no tenemos industria y es lo único que funciona”. San Román también apeló a que se vele por hacer cumplir las normas.
Vicente Armengol, presidente de la asociación de comerciantes Corazón de Alicante, admitió que el tardeo perjudica a algunas tiendas “invadidas por las terrazas y que espantan a sus clientes”, y apeló a buscar soluciones para hacer compatible el ocio y el negocio. Y Manuel Alcaraz, de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas, concluyó que “lo malo es que el Ayuntamiento no quiera solventar el problema”, y el espacio público se venda al “mejor postor para hacer negocio”.
En el debate, donde intervinieron un gran número de vecinos, dueños de los bares y al que no acudió ningún edil del Gobierno municipal, se visualizó el problema. Los vecinos quieren descansar y denuncian que los locales incumplen las normas y generan molestias con las terrazas. Sin embargo, los hosteleros defienden su derecho a hacer rentable sus negocios y son partidarios de que “el que no cumpla la ley asuma la multa”. Y la alcaldesa, Sonia Castedo admitió sin rubor que los vecinos están en “su derecho” a exigir que los locales “obligatoriamente” cumplan su horario. Pese a ello, el Ayuntamiento no pone a trabajar eficazmente a la Policía y a las brigadas para evitar las molestias.
¿Un modelo de ciudad en manos del negocio?
¿Quién manda en Alicante? ¿La alcaldesa, Sonia Castedo, o la iniciativa privada y sus intereses? Esta pregunta planeó toda la noche durante el debate sobre el uso privado de espacios públicos de Seu Oberta. Y en reiteradas ocasiones se demandó clarificar un modelo de ciudad.
"Ya no queda espacio público en Alicante, se ha vendido al mejor postor", aseguró Manuel Alcaraz, de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas, quien recordó que el debate sobre el tardeo no es malo, pero no hay que olvidar que comerciantes y vecinos estaban el centro mucho antes que los discobares. Hace años zonas como el barrio o el puerto acabaron saturadas y murieron de éxito.
El presidente de los comerciantes, Vicente Armengol, se preguntó: “¿Cuándo esta zona deje estar de moda qué pasará?”. Ahora la gente “empalma el ocio diurno con el nocturno”, dijo Armengol, quien recordó que muchos comercios tenían depositadas todas sus esperanzas de ventas en el sábado por la tarde, y ahora no venden porque en la puerta hay una legión de personas tomando copas. Lalo Díez, representantes de los locales de ocio, reconoció que la aglomeración de gente en la calle genera ruido. “Esas son servidumbres de vivir en la ciudad, nosotros no somos el modelo de ciudad, formamos parte de él”, dijo. El representante de los discobares recordó que los locales no llenan entre semana, y que su éxito se limita a unas horas los sábados por la tarde-noche.
En las intervenciones del público, los vecinos se quejaron de que las aceras se hayan llenado de mesas, sillas y veladores priorizando el negocio privado. "La alcaldesa dice que hablemos con los empresarios, pero nosotros no debemos hacerlo ha de ser el Ayuntamiento el que haga cumplir las ordenanzas", dijo una vecina. Otro aseguró que el modelo de ciudad "implica responsabilidad política, y no puede surgir de manera espontánea en función de los intereses privados". En el debate también se criticó que el PP y UPyD en el último pleno ni tan siquiera aceptaran iniciar el expediente para declarar el centro de Alicante ZAS (Zona Acústica Saturada). "Eso es reírse de los vecinos", dijo una de ellas.
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