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El cumpleaños de la cantautora digital

El debut del singular proyecto Le Parody alcanza el año de vida con un concierto-fiesta

La cantautora granadina Sole Parody.
La cantautora granadina Sole Parody.Víctor Garrido

No es habitual celebrar el primer cumpleaños de un disco, pero pocas cosas son convencionales —afortunadamente— alrededor de Le Parody, el sorprendente proyecto de Sole Parody (Granada, 1985) que conjuga electrónica, folk y unas letras de lo más personales y, a la vez, políticas. Su debut, Cásala (Sound track), autoeditado el año pasado, sitúa su canción de autora en un sofisticado contexto musical que incluye ukelele, bases digitales, sampleados de películas y la trompeta del cubano Frank Santiuste, único acompañante en directo de Parody.

“Ha sido un año muy intenso, de hacer conciertos con muchos formatos y probando distintas cosas, y esto es mi fin del curso, en el que ponemos en práctica todas esas pruebas”, dice Sole Parody, recién desmontada de la bicicleta en la que ha llegado desde Tetuán, barrio donde vive. Pone como ejemplo el estreno de las proyecciones con las viejas películas de las que sacó los fragmentos que pueblan sus canciones. “Tengo una gran adicción al Youtube”, confiesa: “Pillo un tema y me pongo a ver vídeos hasta el agotamiento. Hubo una época en que me dio por la carrera espacial, investigando sobre los astronautas que no volvieron a la tierra, para hacer un paralelismo con cosas personales como que te dejen”.

La granadina, que estudió música electrónica becada en una universidad de Los Ángeles en la que también daba clases de español, cuenta que usar sampleados “es casi una decisión política. Por supuesto, también estética, le da ese toque narrativo, pero es política porque samplear es una forma de reciclar”. Parody es partidaria de la cultura libre, corriente que se opone a los derechos de autor tal y como están concebidos y aboga por formas distintas de distribución, pero reconoce que no es fácil seguir todos sus preceptos: “Es muy complicado. Parto de que yo creo que hago cultura libre por la forma en que gestiono mi música, cómo intento acercarla al público, pero luego quieres llegar a más gente y te encuentras con un montón de contradicciones o de bloqueos legales, y la etiqueta ya no encaja del todo en la de cultura libre, ni por la parte de la industria discográfica ni desde la rama más dogmática de la cultura libre”.

Sabiendo de estos principios, parece hasta lógico que Le Parody tuviera su origen en el 15-M: “No es un proyecto sobre el 15-M, pero partió de ahí. Me coincidió con un montón de cambios, no sabía qué hacer con mi vida”, explica: “El día antes de ir a Sol me compré un sampler, aparecí con él bajo el brazo y no sé cómo acabé sin pasar por casa en una semana. Lo que pasó allí fue importante, me sirvió para identificarme con un grupo de gente que quiere cambiar cosas, y políticamente me dio la vuelta a la cabeza. Pensé que quería aportar algo y qué mejor que hacer lo que sé hacer. Si hago música no me voy a quedar en mi cuarto escondiéndola, voy a compartirla”.

Pese a que Le Parody es ella (Parody, con el acento en la o, es su segundo apellido, “de origen italiano”), Sole se resiste a que se etiquete como un proyecto individual: “Lo veo como algo muy colectivo. Yo compongo, pero luego toco con Frank y está la gente que me lleva la comunicación, los que ayudan con los vídeos y un montón de gente que nos sigue y apoya en redes”. Al comienzo, Parody lo hacía todo ella sóla, “y alcanzaba unos niveles de estrés estratosféricos. Ahora he delegado un montón de cosas”. Por ejemplo, en las siete personas que van a hacer sendas tartas para repartir en Copérnico después de la actuación. “Y luego”, promete, “nos quedaremos bailando”.

Le Parody actúa hoy jueves a las 22.00 en Copérnico (C/ Fernández de los Ríos, 67). Las entradas cuestan 9 euros (anticipadas) y 12 (en taquilla).

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