Dos piscinas para compensar la cloaca del embalse de As Conchas
El Gobierno intenta contentar a los vecinos sin limpiar la contaminación
Lo han bautizado como Proyecto de mejora de la calidad de las aguas y recuperación ambiental del entorno del embalse de As Conchas, pero los planes para intentar combatir los episodios tóxicos de cianobacterias, provocados por los purines que generan las granjas de A Limia, pasan por la costosa construcción de dos piscinas (529.938,18 euros), el acondicionamiento de los ancestrales baños termales de Bande (120.636,53) y, a su lado, el despedregado de la playa de Portoquintela (15.168,15). De un presupuesto total estimado de 1.175.010 euros (755.068 de ejecución pura y dura, porque el resto es para otros gastos y el IVA) la Confederación Hidrográfica Miño-Sil solo reserva un 4% (30.206,80 euros) para la verdadera intervención en el agua contaminada de ese embalse de la provincia de Ourense.
La Sociedade Galega de Historia Natural, que ha presentado alegaciones al proyecto de este organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, ha calculado el agua (un 0,004% de la superficie embalsada, 631 hectáreas) que se beneficiaría de la medida, un “ensayo piloto” por el que se instalarían 130 unidades de lo que la Confederación define como “islas flotantes vegetadas”. “En realidad”, informa la SGHN, se trata de “maceteros flotantes” de uno por dos metros de superficie, que se colocarán en tres zonas del pantano y ocuparán, en total, 260 metros cuadrados, 29 menos que las piscinas que se van a construir al borde del embalse para compensar a los vecinos de Bande y Muiños, que tienen prohibido bañarse en As Conchas cada vez que se adueña del lugar la mancha verde brillante de la cianobacteria. Ésta produce una hepatoxina que puede llegar a matar a las personas y los animales que entren en contacto con ella.
A finales de este verano, fiel a sus periódicas citas, el nivel de cianobacteria volvió a disparar las alarmas en este paraje, la primera barrera con la que se topa el Limia, un gran río saturado de nutrientes de procedencia animal y con su caudal sobreexplotado, reducido a la mínima expresión. Frente a la proliferación de cianobacterias, el proyecto de la Confederación Miño-Sil propone “diferentes alternativas encaminadas a cumplir” una serie de “objetivos” que califica de “ecológicos”: Mejorar la calidad de las aguas (ese 4% de la inversión); “compensar la falta de baño con otras zonas adaptadas”; promover “actividades lúdicas, culturales y de salud” así como “la seguridad y accesibilidad a la ribera”.
La SGHN pide a la Confederación y al Ministerio que desistan del proyecto porque “resulta inaceptable que en lugar de abordar la raíz del problema (el regadío y la ganadería industriales insostenibles en A Limia) el organismo malgaste su magro presupuesto” en piscinas. Esa, sigue el grupo ecologista, es “una necesidad social que no le corresponde satisfacer” al organismo que debe velar por la salud de la cuenca.
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