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Nuevo asalto a una casa de familiares del detenido por el crimen de Figueres

En la vivienda vivieron hasta hace cuatro años los abuelos del presunto autor de los disparos del pasado viernes

Vivienda de la familia Cortés asaltada en Vilamalla.
Vivienda de la familia Cortés asaltada en Vilamalla. pere duran

Otra casa de miembros del clan Fernández Cortés apareció ayer con las puertas forzadas. En esta ocasión fue en Vilamalla (Alt Empordà). Hace tres días miembros del clan Gabarre destrozaron otra casa en Santa Llogaia d'Àlguema. El viernes, día de Todos los Santos, las familias Gabarre y Fernández Cortés, ambas de etnia gitana, coincidieron en el cementerio de Figueres y reiniciaron un antiguo contencioso que las enfrenta, de resultas del cual Juan Fernández Cortés mató de diez tiros a Santiago Gabarre, cuyo cadáver fue repatriado ayer a Poçan localidad cercana a Montpelier (Francia).

La casa asaltada en Santa Llogaia pertenecía al hermano del homicida; la de Vilamalla asaltada ayer era de los abuelos paternos del detenido. Según los vecinos, la vivienda de Villamalla fue asaltada el sábado. El interior estaba todo revuelto, con la ropa tirada; los asaltantes se llevaron varias plantas de marihuana de las que quedaron algunos restos. Del exterior intentaron llevarse un Renault haciéndole el puente, pero no lo consiguieron. Los vecinos apuntaron que en la casa habían vivido hasta cuatro años atrás los abuelos de Juan Fernández. El matrimonio se trasladó a vivir con uno de sus hijos a raíz de problemas de salud del anciano. Desde entonces la casa está deshabitada y puntualmente entra y sale gente.

Los investigadores mantienen abiertas varias hipótesis. La más probable es la de que se trate de una represalia de los Gabarre por lo sucedido en el cementerio de Figueres, pero no se descarta que se trate de un robo.

La alcaldesa de Figueres, Marta Felip, aseguró ayer que el barrio de Sant Joan, donde residen numerosos miembros de los Cortés, se vive con miedo. Muchos de los miembros del clan abandonaron la ciudad y sus alrededores el mismo día del suceso para poner tierra de por medio. Los que se han quedado “son familias plenamente integradas, que tienen su actividades en el mercado” y que son las que “realmente padecen las consecuencias de estos actos”, indicó Felip, que añadió que los patriarcas le han dicho que los incidentes los trae gente de fuera y que “se tendría que ser menos permisivo con el establecimiento de estas personas”, en alusión a los Gabarre, que proceden de Francia. Felip les explicó que se trata de ciudadanos de la Unión Europea y, por tanto, tienen en derecho a la libre circulación.

La alcaldesa avanzó ayer que, cuando se normalice la situación, habrá que abordar “el problema gitano” en Figueres. “Porque hay que llamarlo así, no hay que esconderlo”, remachó.

Los Mossos mantendrán de forma indefinida el dispositivo de seguridad en la zona para evitar posibles represalias.

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