“Maquinista, que vas perdiendo ventanas”
Un incidente en un Regional Exprés evidencia los déficits de servicio y material de la línea ferroviaria que une Lleida y Tarragona con Barcelona
Fue un buen susto, una buena forma para acabar de despertarse un lunes a las nueve de la mañana. Cuando el tren entró en el túnel la fuerza de succión arrancó una de las ventanas. Ni el maquinista ni el revisor advirtieron lo sucedido hasta que un pasajero se acercó a la cabina y le avisó con sorna. “Oye, que vas perdiendo ventanas”, explica la viajera Maria Santacana. La respuesta fue un aturdido: “¿Que qué?”, que se convirtió en sorpresa cuando el maquinista sacó la cabeza de la cabina. El Regional Exprés finalmente hizo parada en Salomó, donde el pasaje del primer vagón se vio obligado a redistribuirse como pudiera por el resto del convoy.
Hubo quejas de los viajeros. En cuestión de minutos habían pasado de la angustia a la crispación. “Se notaba que el revisor estaba tenso”, explica otra testigo, Laura Nadal. Tres o cuatro pasajeros exigieron un nuevo convoy en condiciones. Pero el tren sin ventana continuó su marcha hasta Barcelona “con objeto de no alterar sus desplazamientos”, explica Renfe, que aduce que el incidente “tiene como origen más probable un impacto anterior a la entrada en el túnel, unido a la propia onda de presión que se produce al circular el tren por un túnel”. Los testigos hablan de una goma en mal estado que no resistió más viajes.
Impuntualidad o trenes con gente de pie en hora punta son algunos de los agravios
La historia del Regional Expres Lleida-Barcelona/Estació de França del pasado 21 de octubre es solo una más a las que se han acostumbrado a sufrir los habituales de la línea, que pasa por Tarragona. Con sus 2,5 millones de usuarios anuales es uno de los pocos corredores rentables de Renfe y, pese a ello, uno de los peores dotados en su categoría de media distancia. Santacana, que toma el tren cada lunes en Montblanc para pasar la semana en Cerdanyola, ha presentado más de 15 reclamaciones en los últimos cinco años. Sin suerte: las respuestas de Renfe son las de un formulario tipo y el servicio no mejora. Problemas de puntualidad, servicios prestados con trenes de Rodalies de respaldo duro que hacen incómodos viajes que pueden llegar a hacerse largos, trenes con gente de pie en horas punta y fines de semana… el listado de agravios es largo. Pero son algunas de las condiciones para viajar en las líneas R13 y R14, además de comprar el billete.
“Todo el mundo sabe que Renfe da un servicio inadmisible”, se suma a las críticas el secretario de Infraestructuras y Movilidad de la Generalitat, Ricard Font, en referencia al corredor de Tarragona. Font fía cualquier mejora a 2014. Para entonces, señala, se pondrá en marcha la red de Rodalies de Tarragona y se renovará la flota de trenes. Desde Renfe admiten que actualmente el servicio se presta ocasionalmente con trenes de corta distancia, que han cubierto la baja de otros que tenían una antigüedad de hasta 40 años. El servicio de Tarragona está a años luz del de Girona, donde sí se han introducido trenes de la serie 449. Pero en Tarragona no es posible que circulen, porque algunas estaciones como la de Torredembarra tienen que ser reformadas antes, ya que los 449 no caben en ellas.
En Tarragona se han introducido algunos trenes Civia y los S-447, habituales de Rodalies, porque se consideran “más fiables”, indican desde Renfe. Fuentes de la operadora admiten que existe “mucha demanda” en determinadas temporadas y días y que se intenta dar oferta duplicando coches. Los usuarios habituales no hablan de exceso de demanda, sino de precariedad de la oferta.
Trabajadores de Renfe y usuarios están en pie de guerra por el evidente deterioro del servicio
Trabajadores y usuarios están en pie de guerra: “Pedimos dignificación del material, las unidades modernas de tren, las llamadas 449, deberían de estar circulando desde hace dos años. También queremos una dignificación de las estaciones y mejoras en la seguridad. Además, los precios deben ser más competitivos. Tarragona sufre un agravio comparativo respecto a Girona o Lleida”, sostiene Carlos Montejano, trabajador de Adif, miembro del comité de Adif en Tarragona y portavoz de la Plataforma por la Defensa de un Ferrocarril Público y de Calidad, que agrupa a partidos, sindicatos y usuarios.
El Ayuntamiento de Tarragona se suma a la denuncia sobre el estado de los convoyes que llegan a la ciudad. “Son muy antiguos, los más nuevos no pueden venir porque los andenes son demasiado bajos”, explica la portavoz del Consistorio, Begoña Floria. Además, en los últimos años el tiempo del trayecto hasta Barcelona se ha incrementado en diez minutos por el colapso de la entrada en la estación de Sants, denuncia el Ayuntamiento de Tarragona. “Somos la única capital de provincia sin conexión rápida desde el centro de la ciudad hasta Barcelona, por eso pedimos el intercambiador de L'Arboç (Baix Penedès).
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