Un muerto a tiros en una pelea entre familias en el cementerio de Figueres

El día de Todos los Santos fue trágico en el cementerio de Figueres (Alt Empordà). Un tiroteo acabó con la vida de un hombre de 30 años de etnia gitana y residente en el sur de Francia, en la localidad de Gavarre. La Guardia Urbana de Figueres detuvo en el lugar al autor material de los disparos, también de etnia gitana, y poco después los Mossos d'Esquadra arrestaron a dos familiares de este, un hombre y una mujer, en un control. Un gran dispositivo policial con agentes llegados expresamente de Barcelona acordonaba ayer por la noche el barrio gitano de Figueres para evitar enfrentamientos y represalias entre familiares del fallecido, que se desplazaron desde Francia hasta Figueres al conocer el suceso, y del presunto autor de los disparos. El objetivo: evitar el inicio de una guerra entre clanes.

El crimen se produjo al mediodía. Centenares de personas estaban colocando flores en las tumbas de sus allegados. En el camposanto, y, a escasos metros del lugar del tiroteo, se encontraban el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila, y la alcaldesa de la ciudad, Marta Felip, ambos de CiU, que fueron casi testigos de los hechos. Según relató la alcaldesa, el consejero y ella participaban en la ofrenda floral a los represaliados víctimas del franquismo, tradicional en esta fecha. “Hemos oído disparos, gritos y la gente ha empezado a correr”, relató Felip.

Según las primeras versiones de los hechos, dos familias, que, según la alcaldesa, una de Francia y otra del barrio de Sant Joan de Figueres, empezaron a discutir por razones que ayer se desconocían y que aún están siendo investigadas. Al parecer, dos de los hombres —presunto agresor y agredido— fueron expulsados del cementerio por los responsables de los mismos clanes. Una vez fuera de cementerio, ambos continuaron la pelea hasta que uno de ellos sacó una pistola y disparó mortalmente al otro. La alcaldesa precisó que se escucharon “cuatro o cinco disparos”.

Agentes de la Guardia Urbana que se encontraban con el consejero y la alcaldesa fueron los primeros en intervenir y detuvieron al autor de los disparos, también de unos 30 años. La policía desplegó de inmediato decenas de agentes por el barrio de Sant Joan, zona en la que viven numerosas familias gitanas, para evitar posibles represalias entre los implicados en el suceso. Ayer, la policía catalana se puso en contacto con los dos clanes para hablar con ellos y tratar de evitar un fatídico enfrentamiento. “Este amplio despliegue es para proteger el barrio de posibles peleas, que ahora es lo que nos preocupa”, indicó Marta Felip.

Dispositivo policial en el barrio de Sant Joan para evitar enfrentamientos entre las familias

En uno de los controles que se montaron en los accesos al barrio de Sant Joan fue donde los Mossos detuvieron a las otras dos personas: A un hombre por conducción temeraria y por un delito de tenencia ilícita de arma de fuego y a la mujer, que se le imputa tenencia ilícita de armas de fuego. Ambos son familiares del presunto autor del crimen. A los dos se les intervinieron varias pistolas. Según fuentes cercanas a la investigación, la policía catalana también se incautó en los alrededores del barrio de Sant Joan de varios subfusiles.

Sobre las 17.00 horas, una vez acabada la reconstrucción de los hechos, el juez levantó el cadáver. El autor de los disparos estuvo durante aproximadamente un cuarto de hora explicando las circunstancias del crimen y contestado a las preguntas del fiscal.

Los tres detenidos permanecían ayer en la comisaría de Figueres y pasarán a disposición judicial en los próximos días.