Una ‘Aida’ a la vieja usanza

 Aida, uno de los títulos más representados de Giuseppe Verdi, abrirá la temporada de ópera del Teatro de la Maestranza de Sevilla con una producción muy especial que recupera los telones pintados en papel en la década de los cuarenta por Josep Mestres Cabanes para el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. "Se trata de un montaje muy similar al que pudo verse en el estreno de Aida en El Cairo en 1871, el mismo que se representó después en París y en la Scala de Milán. Entonces las escenografías eran siempre telones pintados", explicó este lunes Pedro Halffter, quien estará al frente de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. La gran tragedia compuesta por Verdi, con la que el escenario sevillano conmemora el 200 aniversario del nacimiento del músico italiano, podrá verse los días 25, 28 y 31 de octubre y 3, 6 y 9 de noviembre.

"Es una de las últimas ocasiones que tendremos para ver una escenografía sin elementos corpóreos. Son todo telones de papel pintados que consiguen transportar al espectador al antiguo Egipto gracias a un prodigioso efecto de perspectivas y trampantojos y a la iluminación de Albert Faura. El decorado fue  realizado para el Liceu en los años 40, pero con la estética de la década de los 20. Esta producción, de 1996, es muy especial para nosotros porque fue la única escenografía que se salvó del incendio que destruyó el Liceu en 1994, ya que había sido prestada para una exposición", afirmó el director de escena José Antonio Gutiérrez.

La soprano norteamericana Tamara Wilson, especialista en títulos verdianos y quien ya ha representado este rol en cuatro ocasiones, encarna a la esclava etíope Aida y el tenor coreano Alfred Kim da vida al capitán del ejército egipcio Radamés. La desdichada pareja no puede vivir su amor en vida debido a la intervención de la maléfica Amneris, la hija del rey egipcio que se encapricha del joven Radamés y que interpreta la mezzosoprano mallorquina María Luisa Corbacho.

El montaje cuenta con más de 200 personas en escena

"Poder cantar al lado de estos monstruos es un sueño y una gran oportunidad que nos ofrece este teatro a los jóvenes cantantes españoles, algo que no ocurre en otros espacios", apuntó Corbacho.

"De todos los montajes que hemos hecho de esta producción ésta es en la que más te crees la tragedia de Aida, gracias a un elenco que no solo son unos cantantes excepcionales sino también muy buenos actores", añadió Gutiérrez.

Con 90 voces en el Coro del Teatro de la Maestranza, 51 figurantes y un ballet con coreografía de Ramón Oller con 10 bailarines andaluces, esta Aida -un título que no representa en el Teatro de la Maestranza desde 1994, sube a escena a más de 200 personas. A la espectacularidad del montaje obra se suma el fastuoso vestuario diseñado por la oscarizada Franca Squarciapino.

"Esta obra es especial por muchas razones, una de ellas que en su estreno se usó por primera vez luz eléctrica en una ópera, pero también porque fue el mismo Verdi quien pidió al Teatro alla Scala de Milán que la orquesta descienda al foso, hasta entonces siempre estaba al mismo nivel que el público, y desde entonces eso se convierte en una tradicción", precisó Halffter.