La Guardia Civil cree que Asunta fue atada para simular un secuestro
Los investigadores sospechan que las marcas que dejaron los cordeles no son pre mortem La Audiencia Provincial de A Coruña dice que “aún hay muchos flecos” sueltos
La niña Asunta Basterra murió en la casa de campo que había sido de sus abuelos después de que sus pulmones dejasen de recibir oxígeno como consecuencia de la depresión respiratoria que le produjo una sobredosis del ansiolítico lorazepam, que también consumía su madre, Rosario Porto. Inmediatamente después fue atada de pies y manos para simular que había sido víctima de un secuestro. Y más tarde su cadáver fue trasladado en coche a un camino forestal a cinco kilómetros, en el municipio coruñés de Teo, y alguien lo cogió en brazos y lo depositó como si la niña estuviera dormida, sin arrastrarla, a los pies de un pino. Esta es la reconstrucción hipotética que hacen a EL PAÍS fuentes próximas a la investigación del caso.
La Guardia Civil sospecha que las marcas que dejaron los cordeles anaranjados en la piel de la cría de 12 años no fueron pre mortem, como indicaban los resultados de la autopsia, sino post mortem. Varios forenses consultados por EL PAÍS aseguran que esto es posible si las ataduras se hacen justo después de morir la menor. Las mismas fuentes explican que ha cobrado relevancia y está siendo estudiada una mascarilla hospitalaria de marca 3M. Fue hallada al filo de las seis de la mañana, la misma madrugada del domingo 22 de septiembre en que fue encontrado el cuerpo de Asunta. Estaba en la habitación que Porto ocupaba siendo niña en la casa de campo, dentro de una cesta de mimbre, junto a un pañuelo sucio y un cabo de una cuerda idéntica a la que apareció cortada en tres trozos al lado del cadáver. La luz ultravioleta reveló que había una sustancia alrededor de la boca del cadáver de la menor, pero sus restos fueron incinerados sin que se tomasen muestras de esta posible pista, según fuentes de la investigación.
Mancha de semen
Tampoco se ha despejado la incógnita de a quién pertenece el resto de semen hallado en la camiseta de la niña, a la altura del pecho izquierdo, y qué otro fluido biológico es el que aparece en otra mancha, junto al sudor de la propia víctima. Por otra parte, la Audiencia de A Coruña desestimó ayer los recursos de apelación presentados por los abogados de los padres de Asunta contra el auto de prisión provisional dictado por el juez José Antonio Vázquez Taín. La semana pasada, la Audiencia ya le había comunicado a la madre que rechazaba el primer recurso contra el auto. Rosario Porto y Alfonso Basterra continúan en la cárcel coruñesa de Teixeiro imputados por “homicidio, posible asesinato”. Según la Audiencia, “aún son muchos los flecos” de las pesquisas, por lo que “no se puede descartar la existencia de vías de investigación no exploradas”. La sala cree que “existe riesgo de destrucción de pruebas y de fuga”, y recuerda la “pérdida de vínculo familiar” de la madre, sus “padecimientos físicos y psiquiátricos” y sus viajes a Marruecos. José Luis Gutiérrez Aranguren, abogado de Porto, califica su detención de “ilegal” y anunció que pedirá amparo al Constitucional porque la sala de la Audiencia era la misma que dictó el auto anterior y está “contaminada”. El letrado hace gestiones para que Porto pueda reclamar las cenizas de la niña, depositadas en una funeraria.
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