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el debate del presupuesto

Los cambios de liderazgo generan roces entre PSOE e Izquierda Unida

“Hay una sobreactuación de la presidenta de la Junta”, dice Antonio Maíllo El Gobierno andaluz tiene “absoluta confianza” de que habrá acuerdo en el Presupuesto

Lourdes Lucio
Diego Valderas y Susana Díaz, en el Parlamento en febrero pasado.
Diego Valderas y Susana Díaz, en el Parlamento en febrero pasado.JULIÁN ROJAS

A muchos observadores les sorprende que en la coalición de socialistas e Izquierda Unida en Andalucía prime el silencio sobre el ruido y el acuerdo sobre la discrepancia. Ambos compiten por un mismo espacio electoral y arrastran una relación de lustros dominada por la desconfianza. Al PSOE, el apoyo de IU le permitió mantener el Gobierno de Andalucía otra legislatura más, después de perder las elecciones autonómicas de marzo de 2012 frente al PP. A Izquierda Unida su entrada en el Gobierno le ha quitado el tono chillón, con el no en la boca casi siempre, además de poder ampliar su débil estructura organizativa y su implantación territorial.

Han sido muy pocas las ocasiones en las que ha trascendido la bronca interna, aunque las peloteras con el decreto de la función de la vivienda, propuesta por la Consejería de Fomento de Elena Cortés (IU), fueron de alto voltaje. Ha habido otros choques menores que tienen que ver con la autonomía del grupo parlamentario de IU, que ha votado en contra de algunas iniciativas del PSOE, como la unidad en la gestión hospitalaria o la suspensión del servicio de asistencia jurídica a presos.

Pero la elaboración del Presupuesto de la Junta de Andalucía para 2014, con 1.200 millones de euros menos, ha sacado a escena nuevas discrepancias, aunque hay otra razón, quizás la real, como es la del cambio de liderazgo tanto en el PSOE, con Susana Díaz al frente, como en IU, con Antonio Maíllo.

Fuentes de las dos formaciones admiten que la aparición de nuevos actores en las cúpulas de ambos partidos han generado roces. El líder de IU no está, como su antecesor Diego Valderas, sentado en la mesa del Consejo de Gobierno, y tanto Díaz como Maíllo son personas de partido, pendientes de la proyección de sus organizaciones. Las relaciones entre los dos son correctas, pero aún no alcanzan la complicidad que mantiene la socialista con su vicepresidente de la Junta.

Desde que tomó posesión del cargo, hace poco más de un mes, la presidenta de la Junta ha protagonizado una agenda muy intensa. “Tiene que abrirse un hueco, ya veremos en 100 días cómo quedan repartidos los papeles”, aseguran desde IU.

Esta formación ha estado durante el año y medio que lleva de legislatura muy en primer plano, tanto que en el PSOE hay preocupación de que parte del electorado de izquierdas anote en el casillero de la federación las iniciativas sociales más aplaudidas (ley antidesahucios, medidas contra la exclusión) y en el de ellos, el caso de corrupción de los ERE. Susana Díaz quiere romper con esa querencia con su eslogan de que trae un “nuevo tiempo”, aunque para Maíllo “el tiempo nuevo llegó cuando IU entró en el Gobierno andaluz”.

La presencia pública de Díaz fue calificada ayer en la SER por el coordinador de Izquierda Unida como una “sobreactuación para mostrar musculatura por ser nueva en su cometido”. Maíllo también es nuevo, apenas lleva cuatro meses como coordinador, y antes de acceder a él era un gran desconocido.

“Maíllo es el que tiene que buscar su espacio. Lo que está ocurriendo tiene más que ver con el nuevo tiempo abierto en los dos partidos que con cuestiones de Gobierno”, aseguran en el PSOE.

En este sentido, no preocupan las diferencias manifestadas por socialistas e IU a cuenta del proyecto de ley de Presupuestos. Las negociaciones van mejor de lo que las dos fuerzas están dispuestas a admitir en estos momentos, a dos semanas de su aprobación por parte del Gobierno. Maíllo va a proponer adelantar al primer semestre de 2014 la elección de la candidatura a la Junta que, salvo sorpresas, asumirá él. Una decisión con la que dicen envían el mensaje de que están preparados para cualquier circunstancia en el caso de que haya adelanto electoral que nadie, por otro lado, prevé. “El Ejecutivo tiene la confianza absoluta de que habrá Presupuesto y siempre que hay que elaborarlo se producen las tensiones lógicas”, afirma el portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Vázquez.

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