Euskadi busca en Nueva York un nuevo convenio para el museo Guggenheim

El próximo sábado se cumplirán 16 años desde que el museo Guggenheim de Bilbao abrió sus puertas por primera vez a la ciudadanía y a una revitalización de la ciudad de la que hoy en día es imagen. El lehendakari, Iñigo Urkullu, el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, y la diputada foral de Cultura de esa misma provincia, Josune Ariztondo, celebrarán este viernes por la tarde un encuentro con el director de la Fundación Solomon R. Guggenheim, Richard Amstrong, con el que tratarán la renovación del convenio que une a las tres instituciones en torno al museo Guggenheim de Bilbao. El patronato de la pinacoteca bilbaína se reunirá al más alto nivel en un acto cuyo precedente se remonta a 16 años atrás.

La gestión del museo se basa en dos convenios, de 1991 y 1994. Este último expira en diciembre de 2014, fecha para la que las instituciones vascas quieren haber alcanzado un acuerdo con la fundación para mantener la marca Guggenheim en la capital vizcaína. Y es que en el convenio se recogen los detalles sobre la planificación y la coordinación del museo de Bilbao con el resto de museos de la red Guggenheim –Venecia, Nueva York y Abu Dhabi -. El viceconsejero de Cultura, Joxean Muñoz, rebajó el pasado septiembre las expectativas ante la reunión. En declaraciones a los medios, aseguró que Urkullu acude a Nueva York a mostrar a Amstrong su “total voluntad” de renovar el acuerdo, “pero no a negociar nada en concreto”. Esto no ocurrirá, indicó, hasta primavera.

“Han pasado 19 años desde que se firmó y, evidentemente, hay cosas que han cambiado. Así lo preveía el propio acuerdo que contempla ese carácter evolutivo. Durante este tiempo, el museo bilbaino se ha ganado un lugar, una identidad y un reconocimiento internacional que casi nadie discute", ha reconocido Ariztondo. La relación que la pinacoteca vasca debe tener con la fundación ha sido motivo de debate y polémica entre partidos a nivel autonómico.

Todos los partidos defienden renovar el convenio pero las diferencias entre ellos son sustanciales en cómo hacerlo

El Parlamento aprobó en junio una resolución que ratificaba las conclusiones de la ponencia que se desarrolló durante la pasada legislatura y que en definitiva planteó que el Guggenheim tenga una menor dependencia de la fundación y la relación sea más paritaria y menos ligada a una estructura similar al “régimen de franquicia”. El texto salió adelante con el voto en contra del PNV (en las Juntas Generales de Bizkaia sí respaldó las conclusiones de la ponencia parlamentaria), aunque la consejera de Cultura, Cristina Uriarte, había señalado en un pleno de control anterior en ese mismo foro que tendría en cuenta las aportaciones de la ponencia.

Aunque sí hay debate sobre los términos en los que se selle el acuerdo, nadie se cuestiona la necesidad de renovar el convenio como tal. Para ensalzar la necesidad de cerrar el nuevo acuerdo, la Diputación de Bizkaia ha lanzado su propia campaña en forma de informe económico del Guggenheim. Este, presentado por Ariztondo, indica que en 15 años el gasto directo generado en Euskadi fue de 3.173 millones, 37 más del coste de construcción del museo diseñado por Frank Gehry -84 millones- y ha generado 456 millones de ingresos adicionales a las haciendas vascas con su millón de visitantes anuales por término medio –cifras similares a las que presenta el Guggenheim de Nueva York-.

El Guggenheim cuenta con 128 obras en su colección propia –una cifra limitada en comparación con otros como el Artium, que cuenta con 3.000, eso sí, recopiladas desde los años 70-, el 30% de autores vascos.

El debate también gira en torno a la ampliación del museo en Urdaibai, defendida a capa y espada por José Luis Bilbao y por el director del centro, Juan Ignacio Vidarte. El día en que Bilbao se reunió con Urkullu en su ronda de contactos institucional tras su designación como lehendakari, el diputado general envió un comunicado en el que apostó por la extensión de la pinacoteca “en discontinuidad”. La Diputación apuesta por ligar el nuevo convenio a la ampliación de Urdaibai, pero el Gobierno vasco anterior rechazó el proyecto y el actual tiene serios problemas de financiación como para plantearse un proyecto de este tipo a corto plazo.