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ROCK | NORTH MISSISSIPPI ALLSTARS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Rudas guitarras sureñas

Aunque North Mississippi Allstars sea una banda joven sus sonidos tienen mucho de atemporal

rock north mississippi allstars

Los sonidos añejos y crepitantes nunca se fueron del todo, pero ahora están de vuelta para plantarle cara al frío discurso digital. Aunque North Mississippi Allstars sea una banda joven y correosa, su acercamiento a los sonidos pantanosos tiene mucho de atemporal. Los guardamos en la N del iPod desde que su álbum Electric blue watermelon (2005) hizo cierta fortuna a esta orilla del charco, pero ese pálpito electrizante remite al ritual del vinilo. De existir mayor proximidad generacional, los hermanos Dickinson serían unos óptimos teloneros para otra ilustre alianza sanguínea, la de los Allman Brothers.

Lo insólito es que la sala Caracol recibió anoche con inapelable llenazo a un grupo que, en su actual formato de trío, acentúa el componente más rudo, tosco y temperamental de sus guitarras.

La espléndida Turn up Satan sirvió para presentar armas: la guitarra en riff incandescente de Luther Dickinson, la batería seca de Cody Dickinson y ese bajo picado y expeditivo de Lightnin’ Malcolm. Como los efectivos rítmicos, estilísticos y humanos son escuetos, los tres músicos han de jugar la baza de la versatilidad: todos cantan y tocan, lo que cae entre sus manos, incluso intercambiando instrumentos en mitad de un tema.

Lo más estimulante fue el trajín que Luther Dickinson se traía entre su arsenal de seis cuerdas, el lowebow (esa especie de banjo afónico construido a partir de una caja de puros) y un bombo que golpeaba con saña.

El peligro de la redundancia siempre acecha, pero North Mississippi Allstars lo elude tirando de genealogía sureña: ahora la tabla de lavar, después las estrofas ralentizadas (Shake ‘em on down) o algún giro cercano al rhythm & blues (Meet me in the city), aprovechando la voz más aguda de Malcolm. Los Black Keys y, en su día, White Stripes, aún quedan lejos en audiencias, pero bien cerca en ideario.

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FERNANDO NEIRA

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