Condena de 213.000 euros al ICS por un parto con lesiones al bebé
Los médicos del hospital Josep Trueta no le realizaron a la madre una cesárea, cuando era lo recomendado La aseguradora debe pagar 80.000 a los padres por daños morales
Un juzgado de Barcelona ha condenado al Instituto Catalán de la Salud (ICS) a indemnizar con 213.000 euros a un niño que nació con lesiones por errores durante el parto, que tuvo lugar en el hospital Josep Trueta de Girona. Los médicos optaron por no practicar una cesárea, a pesar de que era la opción más lógica. El niño necesita una atención continuada y sufre una incapacidad reconocida del 33%. El juez ha determinado también que existen “daños morales” a los padres, por lo que cifra la indemnización a los progenitores en 80.000 euros, que tendrá que abonar la aseguradora.
La madre ingresó en el hospital el 24 de abril del 2003. El parto se complicó y, tras varias horas, los profesionales optaron por realizar la maniobra de Kristeler, que implica aplicar fuerza sobre el abdomen de la madre, y luego extraer el feto con el fórceps. El juez determina, en base a los informes periciales, que los médicos incurrieron en una “concatenación de errores”. En primer lugar, por no “advertir la necesidad de una cesárea” dada la situación de estancamiento del parto y la desproporción entre el tamaño del feto y la pelvis de la madre. Luego, al utilizar una maniobra “inadecuada” y “totalmente desaconsejada” en el caso. Por último, por utilizar el fórceps de “forma violenta”, lo que causó al feto una parálisis branquial del brazo superior.
El niño camina con dificultad y sufre problemas de coordinación
El niño, que tiene ahora 10 años, sigue necesitando tratamiento de fisioterapia y está sometido a controles médicos periódicos hasta que termine su etapa de crecimiento. Camina con dificultad y sufre problemas de coordinación. Además, “no resulta descartable” que tenga que ser sometido a “nuevas intervenciones quirúrgicas”, según la sentencia del Juzgado Contencioso Administrativo número 17 de Barcelona. Iker (así se llama) ya ha tenido que pasar dos veces por el quirófano. “Lo grave de este caso es que ha dejado al paciente con secuelas de por vida, cuando la solución era una simple cesárea”, ha afirmado Antonio Díaz Tarrago, el abogado que ha llevado el caso. “Los fallos en el diagnóstico y el tratamiento son tan evidentes, que el juez ha fijado una indemnización por daños morales a los padres, algo que es muy poco habitual”.
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