La defensa del colombiano que decapitó a su hija pide su ingreso en un psiquiátrico
La defensa considera que el acusado padecía un "trastorno mental transitorio" en el momento de los hechos
Jordi Colomer, el abogado del colombiano de 36 años vecino de Girona que el 10 de noviembre del 2011 decapitó a su hija de 18 meses por “orden del diablo", ha pedido que se ingrese “de inmediato” a su cliente en un centro psiquiátrico, ya sea externo o no a un centro penitenciario.
La sección tercera de la Audiencia de Girona ha acogido la vista de prórroga de prisión de Marcelo Ruiz Ospina, quien el próximo 11 de noviembre cumplirá dos años de prisión preventiva.
El fiscal, Enrique Barata, ha solicitado a la magistrada que prorrogue la prisión para el procesado, argumentando la gravedad de los hechos, por los que pide 19 años de cárcel, y que existe un claro riesgo de fuga ya que no tiene arraigo. Además ha recordado que el juicio, con jurado popular, está previsto para el próximo 18 de noviembre.
El letrado de la defensa ha justificado su petición argumentando que en el momento de los hechos su cliente padecía un trastorno mental transitorio. Considera que así lo demuestran tanto las declaraciones de los vecinos, como de los policías que acudieron al domicilio, como en los diferentes informes psiquiátricos.
Los hechos tuvieron lugar en el domicilio familiar, situado en el núm 8 de la calle Oviedo del barrio de Sant Narcís de Girona, cuando según el fiscal, entre las 09.00 y las 12.00 del mediodía el acusado cogió un cuchillo de cocina de 20 cm de hoja y decapitó a la pequeña encima de su cama. A continuación cubrió el cuerpo. Al rato llamó al 112, confesó y pidió que la policía fuera pronto porqué sino debería matar también a su otra hija de 8 años, que estaba mirando la tele ajena a lo que sucedía.
Durante la investigación, los mossos hallaron en el ordenador una carta que había escrito a su mujer. En ella daba por hecho que había matado a las dos pequeñas porqué el día antes había visto al demonio y había actuado obedeciéndole. Le decía que las niñas estaban en el cielo, que no tendrían que soportar más dolor, ni pagar las deudas que ellos tenían.
El fiscal no ha tenido en cuenta ningún atenuante por enfermedad mental. Sostiene que según los expertos quizás tiene algún “síntoma psicótico”, pero que no afecta a sus facultades mentales.
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