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Una insólita permuta de terrenos salpica al macroproyecto comercial de Vigo

Los opositores al centro cargan contra la directiva de los comuneros de Cabral

Nave industrial de Puxeiros
Nave industrial de Puxeiros LALO R. VILLAR

Cuando la calma parecía recuperada, una insólita permuta de terrenos ha vuelta a enturbiar el futuro de Porto Cabral, el que pretende ser el mayor centro comercial de Galicia. Este proyecto ha dividido entre partidarios y detractores a los comuneros de Cabral, propietarios de los terrenos sobre los que el promotor de la operación ha puesto sus ojos. Entre los primeros está la junta directiva, que ahora se ve envuelta en otra polémica al descubrirse una operación con una inmobiliaria que la oposición de la comunidad de montes considera especialmente gravosa para el colectivo. El nuevo conflicto profundiza la división en Cabral y pone contra las cuerdas a la directiva e incluso el macroproyecto.

La operación que ha vuelto a sacudir a los comuneros, iniciada en 2006, en plena burbuja urbanística, y culminada a principios de 2012, pero conocida ahora, consistió en una permuta con el titular de una sociedad inmobiliaria denominada Grucave, S. L. La comunidad de montes aportó en el intercambio 3.140 metros cuadrados de terreno industrial en la zona de Puxeiros. A cambio, recibió apenas 4.300 metros cuadrados de terreno rústico y clasificado como comunal. Eso no es todo, ya que previamente la comunidad tuvo que invertir 239.580 euros para comprar una parcela de 714 metros cuadrados y completar así la finca que le interesaba a la promotora. La permuta se ejecutó a pesar de contar con un informe en contra de la Xunta.

“Lo explicaré a comuneros y al juez”

El presidente de la comunidad de montes de Cabral, Luis Rodríguez, se muestra claramente disgustado por las acusaciones de sus opositores. Consultado por este periódico, Rodríguez evitó detenerse en aclaraciones sobre la permuta, al argumentar que él solo le dará explicaciones “a los comuneros y, en su caso, al juez”. Rodríguez desafió a sus opositores a denunciarlo en los tribunales si consideran que ha lesionado los intereses de la junta de montes con la polémica permuta de terrenos. “No tengo que dar más información, lo que hayamos hecho es de nuestra incumbencia y responsabilidad, y solo responderemos ante la asamblea de comuneros o ante el juzgado”, abunda el presidente de la junta. Luis Rodríguez niega haber realizado permuta alguna “con ninguna inmobiliaria”, pero no niega haberla realizado con el titular de Grucave, Antonio Caride. “Eso es distinto”, apunta. Y, sin centrarse en el caso ahora descubierto, sostiene que la entidad a la que representa no se ha visto perjudicada por su gestión: “La comunidad de montes no ha perdido dinero en ninguna permuta, sino todo lo contrario”.

La opinión de sus detractores es exactamente la contraria. “Cómo se puede justificar que se intercambien 3.140 metros de suelo industrial y 240.000 euros por 4.300 metros de monte comunal”, se pregunta Edelmiro Román, portavoz de los opositores a la junta y al proyecto de Porto Cabral. El proyecto del macrocentro comercial queda muy tocado tras este nuevo conflicto que alimenta las dudas suscitadas entre buena parte de los vecinos de la zona sobre la operación con Eurofund, negociada directamente por Luis Rodríguez con los responsables de la compañía. El enfrentamiento entre partidarios y detractores del macrocomplejo comercial va en aumento y en las últimas reuniones ha derivado en bronca con heridos e incluso detenidos por la policía. Con esta nueva revelación, la asamblea tendrá que pronunciarse en octubre. Sin el aval de los comuneros el proyecto de centro comercial sería historia.

Porto Cabral es un proyecto de macrosuperficie impulsado por Eurofund, una empresa asentada en Zaragoza y aliada con un fondo de capital inglés especializado en centros comerciales. Según sus responsables, la operación, vista con muy buenos ojos desde el Ayuntamiento, rondará los 500 millones de euros de inversión y creará 2.000 empleos en la fase de construcción y otros 2.000 para explotarlo. Pero para ejecutarla deberá superar a un heterogéneo frente opositor formado por los tres grandes sindicatos, el BNG, el pequeño comercio y, sobre todo, la oposición interna a la junta directiva, que debe obtener el visto bueno de la asamblea a la venta de terrenos.

La junta que preside Luis Rodríguez, un histórico del movimiento vecinal de Vigo, ya intentó recabar en dos ocasiones el visto bueno de los comuneros, pero tuvo que desistir ante la tensión entre partidarios y detractores. El nerviosismo derivó en un problema de orden público en el segundo intento, el pasado 26 de mayo, cuando la asamblea terminó con siete heridos y tres detenidos. La operación pactada por Eurofund con la junta de los comuneros consiste en la compra de 300.000 metros cuadrados por 18 millones de euros. Ante la creciente división en Cabral, la promotora y la directiva de la comunidad de montes han optado por enfriar la polémica y aplazar inicialmente a octubre la votación. Pero la revelación de la permuta urbanística con Grucave, desconocida para la gran mayoría de los propietarios, pone de nuevo en entredicho a la junta y entorpece el proyecto. La sospechosa operación fue comunicada oficiosamente a los vecinos este viernes.

Según la documentación reunida por sus opositores, la directiva de la comunidad porfió durante años para ejecutar el intercambio de terrenos ahora descubierto, hasta el extremo de comprarle al Ayuntamiento una finca de 714 metros de titularidad municipal por 239.580 euros, a un precio de 335 euros el metro cuadrado, para completar la parcela que le interesaba a la inmobiliaria. Y pese a la negativa de la Xunta a autorizar la permuta, puesto que los terrenos que aportaba la comunidad no estaban clasificados como comunales y los que recibía a cambio sí, la operación se llevó igualmente a cabo ante notario. De aplicarse a toda la parcela el precio que pagó la comunidad de montes por los 714 metros cuadrados que le adquirió al Ayuntamiento, los terrenos que han acabado en manos de la promotora Grucave, y en los que ahora se construye una gran nave industrial, habrían superado el millón de euros. “Los que la comunidad de montes recibió a cambio se hubieran reunido por no más de 100.000 euros”, sostiene un comunero del grupo opositor. Grucave vendió después la parcela a las empresas de los hijos de su titular, Antonio Caride. Posteriormente, uno de ellos revendió su parte a su hermano por 562.000 euros.

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