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‘Stargate’ en Atocha

El actor, que actúa en la nueva edición del musical 'Hoy no me puedo levantar', para a comer en un senegalés, compra vinilos y disfruta del cine de autor en el centro

El actor Canco Rodríguez, en las escaleras de la plaza de los Cubos.
El actor Canco Rodríguez, en las escaleras de la plaza de los Cubos.ULY MARTÍN

1. La escalera de la plaza de los Cubos. Es conocida oficialmente como plaza de Emilio Jiménez Millas, pero nadie la llama así. Para mí, la escalera supone la unión de la parte alta de Madrid y la subterránea, donde están muchos de los cines de la zona, a los que voy asiduamente. El 90% de las películas en cartelera son buenas y de autor, que invitan a una reflexión mucho mayor. Es un ritual ir al cine y parar en esta plaza antes de que empiece la sesión.

2. Estación de Atocha. Es mi portal de Stargate. Me monto en el tren y en dos horas y media me lleva hasta Málaga. Es la puerta por la que paso para ir a cualquier lugar. La estación es muy bonita y agradable para soportar la espera del viaje.

3. Radio City. Es una tienda de discos muy pequeñita en una calle muy tranquila en Conde Duque. El 80% de sus productos son vinilos y lo demás cedés. Aquí puedes dar con joyas muy difíciles de encontrar. Yo voy cada dos semanas, más o menos, y pregunto cuál es el disco que tendría que tener obligatoriamente en mi colección. El último que me he llevado ha sido Smokey Robinson, una pasada de disco (Conde Duque, 14).

Canco Rodríguez (Málaga, 1977) ha triunfado gracias al poder de la televisión. La mayoría lo conoce como El Barajas, el amigo de El Luisma en la serie Aída. Sin embargo, este malagueño que lleva años viviendo en Madrid, no solo destaca en la pequeña pantalla, sino también en el teatro. Desde hace unas semanas canta, baila e interpreta en la obra Hoy no me puedo levantar, todo reto, ya que es el primer musical en el que participa.

4. El Palacio Real. Me gusta desde el primer día que llegué a Madrid. Me sorprende que siga siendo un lugar usado por la monarquía y siempre me pregunto cómo lo han construido, qué hacen dentro, quién vive ahí… Cuando paseo a mi perro siempre me paro frente a la fachada y lo observo.

5. Pastelería La Mallorquina. Era un prostíbulo y no uno cualquiera… ¡El más famoso de Madrid! Hoy en día, ese antiguo burdel tiene las napolitanas más buenas que he probado hasta ahora. Me gusta su ubicación y que sobreviva a pesar de las grandes superficies que lo rodean. Se conserva tal y como era, con su estilo clásico, ¡hasta los camareros están en esa onda! Entro y me parece como si estuviera en otra época (Mayor, 2).

6. Restaurante Baobab. Sirven comida africana, senegalés concretamente, que está buenísima. Te sale a cuenta porque te ponen platos enormes a un precio muy asequible. Por seis euros pueden comer dos personas. Yo vivía al lado. Me encantaba el olor a especias que salía de su cocina y llegaba hasta mi terraza. Me hacía olvidar que estaba en Madrid (Cabestreros, 1).

7. Estadio de Vallecas. Soy abonado del Rayo Vallecano y cada domingo, si el trabajo me lo permite, voy al fondo a ver los partidos. Disfruto, me olvido de todo y me convierto en una persona anónima a la que nadie mira. Es una sensación placentera estar entre una multitud y que nadie se fije en mí (Payaso Fofo, s/n).

8. La sala Mirador. Ahí fue donde estudié teatro, en la escuela Cristina Rota, donde está ubicada esta sala. Nada más entrar, un pasillo te conduce hasta un patio precioso y muy tranquilo. Las aulas se distribuyen alrededor de ese espacio, por lo que los alumnos de todos los cursos nos juntábamos fuera a charlar, se creaban vínculos y conexiones muy especiales. La programaciónes muy buena y voy a menudo a ver alguna función (Doctor Fourquet, 31).

9. Máster Plató Karaoke. Más conocido como el karaoke de los Mostenses o de plaza de España. Es un lugar en el que hay buen ambiente y que está en pleno centro. Dentro hay una atmósfera festiva y única donde gente de todas las edades canta y baila al son de Los Chichos o de Elvis Presley (plaza de los Mostenses s/n).

10. Mi terraza. Es desde donde puedo ver todos estos rincones de Madrid y hacerlo acompañado de mi chica y de mi perro. Es lo mejor de la ciudad, donde escucho los discos que me compro en el Radio City. Es mi refugio.

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