El Gobierno de Díaz intenta marcar distancias con el fraude

La juez Mercedes Alaya investiga irregularidades cometidas en la gestión de una Junta de Andalucía que ya es pasado. Este es el mensaje que el nuevo Gobierno andaluz quiere que cale en la opinión pública después de que todos los cargos señalados en la instrucción judicial hayan salido del Ejecutivo. Pero el auto en el que Alaya marca el camino para la posible imputación de los expresidentes Griñán y Chaves y de otros cinco exconsejeros andaluces se coló en la toma de posesión del Ejecutivo de Susana Díaz y su eco monopolizó ayer la rueda de prensa posterior al primer Consejo de Gobierno.

El portavoz, Miguel Ángel Vázquez, compareció con el recién estrenado consejero de Educación y Cultura, Luciano Alonso, para presentar los datos del inicio del curso escolar, los mismos que ya fueron expuestos hace dos semanas por la exconsejera Mar Moreno. La vuelta al cole fue, según coincidieron Alonso y Vázquez, la noticia más importante del pasado martes, el día en el que Alaya dictó su polémico auto. El escrito de la juez, aseguró Vázquez, ni siquiera fue tratado en la primera reunión de Díaz con sus consejeros porque la Junta “no va a entrar en dimes y diretes”. “No queremos perder el tiempo con consideraciones que no aportan nada”, aseguró el portavoz.

Ante la insistencia de los periodistas por obtener una valoración sobre el auto, Vázquez advirtió que el escrito “no imputa a nadie”. “Y no vamos a valorar un auto que no imputa a nadie”, argumentó. La postura oficial del nuevo Gobierno se ciñó a mostrar su apoyo a los siete ex altos cargos señalados por Alaya y a destacar su “honradez e integridad”, los mismos adjetivos que había empleado la presidenta en una entrevista por la mañana en Canal Sur Radio.

Vázquez añadió también que la sospecha lanzada por la juez ha causado ya “un daño grave” en la imagen de los expresidentes y exconsejeros aludidos y consideró que este daño era “prescindible”. El portavoz pasó incluso de puntillas por la tan comentada coincidencia entre el auto de Alaya   con la toma de posesión del nuevo Gobierno. “No es la primera vez. Nos estamos ya acostumbrando a este tipo de coincidencias”, zanjó el portavoz, que aseguró que sus reticencias a valorar la actuación de la juez no son una estrategia de desmarque respecto a la gestión de anteriores gobiernos sino un reflejo del “talante” del Ejecutivo de Díaz. “Vamos a ser respetuosos con las decisiones judiciales”, dijo.

El pleno del Parlamento andaluz nombrará este jueves senadores en representación de la comunidad al secretario general del PSOE y expresidente de la Junta, José Antonio Griñán, al vicesecretario general, Mario Jiménez, y a la consejera de Educación saliente, Mar Moreno. El PP lo rechaza e IU decidirá esta mañana su voto.

La designación está asegurada ya que la votación, que será individual y secreta, solo permite marcar si se apoya el nombramiento y no pueden emitirse votos en contra, aunque sí dejarlo en blanco o anularlo. En cualquier caso, con un único voto afirmativo será suficiente.

No obstante, esta votación cobra una especial relevancia tras el último auto de Alaya, en el que airea la posibilidad de imputar a Griñán, Chaves y cinco exconsejeros. Como senador, Griñán mantiene la condición de aforado y su causa pasaría al Supremo si es imputado.

El secretario general del PP, José Luis Sanz, ya ha adelantado su rechazo y ha pedido a la presidenta de la Junta que retire la propuesta de pasar a Griñán a la Cámara Alta porque considera que la utilizará de “burladero antes de que le pille el toro de la corrupción”. El grupo de IU, socio del PSOE en la Junta, no se ha pronunciado públicamente sobre el sentido de su voto y abordará esta cuestión en la reunión que celebrarán sus diputados antes del inicio del pleno de este jueves.