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Las llamas remiten en el Baixo Miño

Las llamas se extienden por los municipios de Oia, O Rosal y Tomiño. “El fuego volaba a través de ramas y piñas disparadas por el viento”, relata un vecino El nivel 1 de alerta ha sido desactivado esta mañana

Vecinos de la parroquía de Novás luchan contra el fuegoFoto: atlas

Los fantasmas de 2006, el fatídico verano en el que ardieron cerca de 90.000 hectáreas en Galicia, han reaparecido con toda su crudeza en el sur de la provincia de Pontevedra, devorada desde el lunes por un incendio incontrolado que ha quemado, según el balance ofrecido esta tarde por la Xunta, unas 1.850 más hectáreas entre los municipios de Oia, O Rosal y Tomiño. El calor, el fuerte viento del norte y la densa masa forestal de la zona, que padeció uno de los mayores incendios de hace siete años, han dificultado sobremanera la lucha contra las llamas, en la que participan más de 600 efectivos de la Xunta, del Ministerio de Medio Ambiente y del Ejército con la colaboración de los vecinos. EL nivel 1 de alerta por proximidad del fuego a las casas y que fue decretado el pasado lunes ha sido desactivado esta mañana.

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El fuego se inició a las 19,30 horas del lunes en el término municipal de Oia. “En cuestión de minutos se abrió un frente de tres o cuatro kilómetros”, precisa el alcalde, Alejandro Rodríguez. Cuando llegaron los servicios contraincendios de la Xunta, el fuego estaba literalmente desatado: “Las llamas atravesaban como rayos los cortafuegos por las copas de los árboles, y las piñas y ramas de eucaliptos ardiendo extendían el frente”, describe el regidor, que a última hora de ayer consideraba el fuego casi sofocado.

Pasadas las tres de la madrugada, otro foco a escasos kilómetros del primero abrió un nuevo frente y obligó a dispersar los medios, a los que se sumaron los vecinos de la zona, jalonada de viviendas rurales, para defender sus casas con mangueras y calderos. “Aquí no ha dormido nadie”, relata un voluntario. Las dos caras del incendio confluyeron horas después en el vecino Ayuntamiento de O Rosal, donde por la tarde se concentraron los esfuerzos de las brigadas, y de ahí al de Tomiño, unos 10 kilómetros Miño arriba desde el foco inicial. Hacia el sur, el fuego amenazó también al municipio de A Guarda. Decenas de vecinos tuvieron que abandonar sus casas ante la amenaza de las llamas.

Fuente: Ministerio de Medio Ambiente.
Fuente: Ministerio de Medio Ambiente.EL PAÍS

En la extinción participan las brigadas contraincendios de la Xunta y del Ministerio de Medio Ambiente, a las que se unieron 350 miembros de la Unidad Militar de Emergencias procedentes de Marín, León y Zaragoza. Desde primera hora de ayer, cinco aviones anfibios de 5.500 litros de descarga colaboran en el dispositivo. Pero los vecinos se quejaron de la descoordinación. A la zona afectada se acercó la noche del lunes la conselleira de Medio Rural del Gobierno gallego, Rosa Quintana, que fue increpada por brigadistas.

“Los técnicos me han dicho que nunca habían visto un fuego igual, que las corrientes de aire hacían variar constantemente la dirección de las llamas y obligaban a modificar las estrategias para atacarlo”, lamentó Quintana. Su versión la corroboraba Alberte Alonso, miembro de la comunidad de montes de O Rosal, que pasó la noche luchando contra el fuego. “Había momentos que mirabas al cielo y era como una lluvia de estrellas que lo inundaba todo”, relata. “De repente, miramos hacia atrás y otro frente avanzaba hacia nosotros a unos 150 metros de distancia. Tuvimos que escapar: retrocedimos varios kilómetros, pero el fuego llegó antes que nosotros. Volaba literalmente a través de ramas y piñas disparadas por el viento”. Tras una noche sin dormir, Alonso apenas se ha recuperado de la impresión: “El fuego es una bestia que lo devora todo. Es una situación terrorífica, he pasado mucho miedo”.

El viento amainó a primera hora de la mañana y solo se reavivó con menor fuerza ya por la tarde, lo que permitió controlar parcialmente la situación, aunque el incendio seguía activo. Mientras la Xunta hablaba en la tarde de ayer de 1.200 hectáreas, el alcalde de Oia, del PP, reconocía que solo en su municipio han ardido entre 1.500 y 1.800. Los comuneros de O Rosal calculan en otras 1.000 hectáreas la superficie arrasada en este Ayuntamiento, lo que de confirmarse elevaría la superficie afectada por encima de las 2.500 hectáreas, lo que lo convertiría en el mayor del año en España. El regidor de Oia no duda de la intencionalidad del fuego. “No hay forma natural de que se declare un incendio como este, ha sido la mano del hombre”.

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