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El peor fuego en años devoró en Cualedro 500 hectáreas de cultivos

23 incendios arrasaron en ocho días 3.500 hectáreas en Ourense y Pontevedra

Vista del incendio, el pasado domingo.
Vista del incendio, el pasado domingo. ÓSCAR PINAL

Ardió el pasado fin de semana en Cualedro (Ourense) casi tanto monte como en toda Galicia desde el comienzo del año: 2.175 hectáreas, según las estimaciones provisionales de la Xunta. Una cuarta parte de la superficie arrasada (545 hectáreas) era tierra de cultivos agrícolas, la principal actividad en una localidad con menos de 2.000 habitantes. Las llamas de estos dos grandes incendios en las parroquias de Vilela y Xironda, entre los mayores registrados en Galicia durante los últimos años y los primeros de 2013 que superan las 500 hectáreas, se extendieron a Portugal y al vecino municipio de Monterrei. Y dispararon los balances oficiales, tras una semana especialmente cruenta: desde el domingo 18 hasta ayer, las llamas arrasaron en 23 grandes incendios —los de más de 20 hectáreas, los únicos de los que informa la Xunta— una superficie equivalente a 3.500 campos de fútbol en las provincias de Ourense y Pontevedra.

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“Desolador” y “negro” fueron los adjetivos más repetidos en el día después por los vecinos de Cualedro. Se registraron 11 fuegos el último mes en este municipio limítrofe con Xinzo de Limia y Portugal. Varios, como los de este fin de semana que permanecían anoche controlados, amenazaron casas y obligaron a sus habitantes a movilizarse para intentar contener las lenguas de fuego que arrasaron castaños y robles centenarios, maquinaria y tierras de cultivo, así como importante fauna. “Hay una riqueza increíble y quedamos sin nada, vimos cómo escapaban muchos jabalís y corzos”, explicaba una vecina a la Cadena Ser.

Cuatro fuegos en Ourense y Pontevedra

Seguían activos anoche aunque controlados, según la Xunta, otros tres incendios de cierta consideración en el sur de las provincias de Ourense y Pontevedra. Cerca de Cualedro, donde los dos fuegos más grandes de este año aún no se daban por apagados del todo, aunque Medio Rural insistió en que permanecen bajo control, el fuego calcinó hasta la madrugada de ayer, cuando se logró detener el avance de las llamas, 55 hectáreas en la colindante localidad de Xinzo de Limia. Ptras 63 quedaron arrasadas también ayer en Nogueira de Ramuín (Ourense). Este incendió, que comenzó de noche como muchos de los más grandes registrados en la última semana, se dio por extinguido sobre las 18 horas. Y en el municipio pontevedrés de Rodeiro, se lograron controlar sobre las diez de la mañana las llamas tras quemar 80 hectáreas en la parroquia de San Paio de Senra.

Anoche el Ministerio de Medio Ambiente tenía además desplegados medios y aviones anfibios también en las localidades ourensanas de Allariz, Celanova y San Cristovo de Cea, así como en Ponteareas (Pontevedra) y en Ordes (A Coruña). Al cierre de esta edición se había declarado dos fuegos más en Monterrei ( en la parroquia de Infesta, próxima a la Autovía A-52) y en Oia (Pontevedra). Fuentes de Protección Civil de Verín señalaron a Europa Press a última hora de la tarde que el viento empezaba a dificultar las tareas de extinción en Monterrei cuando ya no había luz para que pudieran operar los medios aéreos.

El viento, con fuertes rachas, dificultó mucho las labores de extinción y facilitó el rápido avance de las llamas, que avanzaban un kilómetro cada hora. Pero también ayudó la proliferación de focos, hasta cinco, que se originaron, según la Xunta, casi a la vez y en lugares cercanos. Se tardaron 32 horas en controlar el incendio que comenzó el sábado en la parroquia de Vilela, y que tras extenderse hasta Monterrei e incluso cruzar la frontera con Portugal, se unió a otro iniciado también en la tarde del sábado. En total quedaron calcinadas 1.280 hectáreas, 350 de ellas agrícolas. Ardieron otras 895 hectáreas en el otro fuego de Cualedro, en la parroquia de Xironda, que quedó controlado a medianoche del domingo, 29 horas después de prender. “Sólo la pericia de brigadistas y la ayuda de los vecinos evitó mayores efectos”, declaró el presidente, Alberto Núñez Feijóo, al desplazarse el mediodía de ayer hasta Cualedro. Reconoció su “preocupación” por la multiplicidad de unos incendios forestales “claramente intencionados”. Y redobló su llamamiento a la colaboración ciudadana para “detectar a los que producen los fuegos”. “No vamos a dar este tema por perdido, hacemos un buen trabajo, con muchas dificultades climatológicas”, añadió al subrayar su “orgullo” por la labor de las 7.000 personas movilizadas en labores de extinción.

“La época de riesgo no terminó”, insistió el presidente. Y aunque Lugo, Ourense y Pontevedra vuelven a encabezar las zonas de la península con riesgo extremo de incendios para este martes, en el que seguirá soplando con fuerza el viento, Feijóo se mostró, pese a todo, “optimista” sobre el balance para este año. “Va bien”, opinó. “Pero eso no quiere decir que estemos tranquilos y vamos a seguir”. El 44% de los incendios registrados en España hasta el 18 de agosto, según Medio Ambiente, se produjeron en el noroeste. Quemó en lo que va de año 26.785 hectáreas —sin contar la última semana, especialmente dramática en Ourense—. Es la cifra más baja registrada en el mismo periodo en la última década, destacó el ministerio. Una satisfacción moderada que no comparten los socialistas gallegos, quienes ayer volvieron a reprochar a la Xunta la falta de inversión en prevención de incendios forestales.

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