Alicante ciudad: Buena ocupación, imagen mejorable
Algunas de las calles de la capital alicantina no son la mejor imagen
Que los cañones de un castillo que sale en todas las fotos promocionales de una ciudad no se sostengan sobre unas bases de madera inservibles por la corrosión no es la mejor imagen turística. Eso ocurre en la fortaleza de Santa Bárbara en Alicante, ciudad en la que distintas voces de la política local y el negocio hotelero apuntan a que la imagen es mejorable.
Las previsiones para agosto de los hoteles de la capital alicantina rondan la media de la Costa Blanca: entorno a un 85% de ocupación. Un dato más que positivo. Sin embargo, Vicente Marhuenda, gerente de la Asociación Provincial de Hoteles de Alicante, lamenta que se observen escenas en la playa del Postiguet de gente vendiendo bebidas ilegalmente. No ya el típico buscavidas con una nevera llena de latas, si no un sujeto con bandeja y bebidas que parecen servidas en un chiringuito. “Deberían ser los restaurantes los que las vendieran”, dice Marhuenda, que matiza que “Alicante tiene playas muy bonitas, pero una oferta desestructurada”. Este verano solo un crucero ha atracado en el puerto de Alicante y más de la mitad los que desembarcaron acabaron en Benidorm y Guardamar (Alicante).
Hay detalles que llaman la atención: el Ayuntamiento de Alicante (334.678 personas) ha gastado 167.000 euros en sus 15 kilómetros de playa; Guardamar (17.000 habitantes), ha invertido 300.000 en sus 12 kilómetros. Alicante coloca sus boyas de seguridad el 18 de julio.
Y mientras proliferan festivales de música por la provincia, en Alicante el único festival notable lo organiza la Diputación. El Low Cost, que se celebró por primera vez en Alicante, tiene ahora un impacto en Benidorm, según su consistorio, de 10 millones de euros.amiento”, protesta el concejal de UPyD, Fernando Llopis, “no es consciente de lo que tiene: la página web de Turismo ni destaca el castillo San Fernando. Hay gente en la propia ciudad que desconoce las fiestas de los barrios. La iglesia Santa María es una auténtica maravilla del siglo XV y ahí está muerta de risa”, dice el edil.
“El problema con Santa María es que a veces vas y está abierto, otras no. Depende de cómo le dé al cura”, dice María José Aldonza, representante de la asociación de guías APIT. La capital alicantina “es una ciudad que gusta mucho pero, por ejemplo, franceses e italianos nos piden quitarla del circuito porque siempre oferta lo mismo”.
Y el cliente nacional “no acaba de despegar”, recuerda Marhuenda, la gran asignatura pendiente que esperaba solventarse con la llegada del AVE.
En agosto no funciona ni el Teatro Principal. Y aunque la hipótesis sea extraña por la cantidad de días de sol que tiene la ciudad, algún empresario se pregunta: ¿Y si llueve qué hacemos?
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