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Gràcia busca la calle más bella

Barceloneses y turistas acuden masivamente al barrio para ver los decorados

Camilo S. Baquero
Decorado de la calle Progrés
Decorado de la calle ProgrésCONSUELO BAUTISTA

Como cada año, por estos días, las estrechas calles del distrito de Gràcia se transforman en lugares mágicos, pequeños escenarios de ensueño y creatividad que hacen más llevaderas las calurosas noches del estío barcelonés. Ayer se inició oficialmente la fiesta y los vecinos de la ciudad y los turistas respondieron masivamente a la invitación de disfrutar de la fiesta mayor. El sábado se conocerán los ganadores del jurado, aunque a través de una aplicación para teléfonos móviles los ciudadanos pueden votar por su favorita.

El día comenzó muy temprano para los vecinos, que si bien trabajan prácticamente todo el año en los laboriosos arreglos dedican los dos últimos días al montaje. “Vamos fatal”, decía el miércoles por la tarde una responsable de la decoración de la calle de Luis Antúnez, que ahora parece un canal veneciano, con góndola, gondolero y ponte di Rialto incluidos. Hacia las cuatro de la tarde de ese día solo tenían listas las telas del techo y el puente. La noche fue larga y ayer, antes de las nueve de la mañana, todo estaba listo.

En la Vila de Gràcia, convertida en una gran tienda de dulces, el techo de chuches estaba listo antes de las dos de la madrugada. “Todo un récord para nosotros”, explicó Carles, uno de los vecinos. En la calle de la Llibertat, donde un inmenso dragón blanco custodia una mina, la pintura empezó a escasear justo antes de terminar. Pero todo se solucionó.

A partir de las cuatro de la tarde la gente se arremolinaba en las calles para ver los decorados. “Siempre vengo el primer día, porque así los ves sin desperfectos. A veces los dañan y es muy triste”, explicó María Soro, una abuela que trajo a sus dos nietos de 10 y 15 años para que vieran los arreglos. Hacia las ocho de la tarde ya era necesario armarse de paciencia para pasar bajo la inmensa letra A que sirve de portal a la decoración de la calle de Joan Blanques del Mig, un verdadero cuello de botella.

En las calles del barrio, sin embargo, se echaba de menos la camiseta oficial de la fiesta, mucho menos visible que en años anteriores. Aunque el afiche, con unas tijeras bailando, es amarillo, este año la camiseta solo se ha confeccionado en negro. Su significado sigue siendo un misterio: según Artur Mas, el presidente de la Generalitat, la herramienta significa la “laboriosidad de las personas que se esfuerzan para decorar las calles y plazas”. Para su autor, el diseñador Daniel Morell, se trataba de sacar las tijeras de los recortes “a bailar por una semana”. En el Ayuntamiento no cayó muy bien este mensaje crítico en la fiesta mayor y de ahí que desde los movimientos sociales y una parte de la junta de la fundación organizadora de los festejos sientan que hay un intento de rebajar el tono.

CONSUELO BAUTISTA

El alcalde, Xavier Trias (CiU), también aprovechó ayer para hacer el tradicional recorrido por las calles engalanadas. Una novedad, pues nunca había escogido el ocupadísimo primer día de festejos para hacerlo, sino una tarde más relajada entre semana. Esta vez lo acompañaba una comitiva menos nutrida y más discreta. Como siempre, el alcalde se quedó a cenar en alguna de las calles.

Trias llegó desde Menorca, donde veranea, y caminó durante más de tres horas e invitó a todos los visitantes a respetar los adornos y tener un comportamiento cívico. Se le veía muy cómodo. La Gràcia festiva y combativa no es territorio comanche para él, como lo puede ser Nou Barris. Ni un grito, nadie lo increpó. Junto con los decorados, él fue lo más fotografiado del día.

Curiosamente, Trias evitó visitar la feria independentista estelania, que recala por estos días en la avenida de Pi i Maragall y que hace parte de la programación de la fiesta mayor de Gràcia. El alcalde prefirió no cruzar la calle y buscar la decoración de la calle de Puigmartí, que el año pasado protagonizó el documental Els Ultims, que retrata la constancia de una calle que hace años no consigue ganar el concurso, después de haber sido una de las más populares. Este año han optado por un viaje estelar para lograr llevarse el reconocimiento.

Verdi del Mig, Fraternitat de Baix y Mozart, que hace un año ocuparon el palmarés, fueron las calles más visitadas ayer. Verdi, eterna favorita, maximalista y ganadora en 2012, muestra este año un viaje por dentro del océano, recurriendo a la monumentalidad que siempre ha caracterizado sus arreglos. Fraternitat, que se llevó el primer premio en 2011, recreó una inmensa granja, con gallinas, mazorcas, espantapájaros y un inmenso granero. “Queríamos una granja, pero como se la imaginaría un niño”, explicó Marta, una de las organizadoras.

Finalmente, Mozart fue otra de las preferidas de los objetivos fotográficos. El tiempo pasa volando es el título del decorado, que muestra un sinnúmero de objetos y máquinas voladoras que parecen estar compitiendo. El gran fénix que da la bienvenida dará mucho de que hablar y es bastante imponente. Muchos echaron de menos, sin embargo, la sutileza de la decoración de Joan Blanques de Dalt, que siempre sorprendía por su arduo trabajo manual. Una carta, pegada en uno de los muros de la calle, agradecía a los vecinos por sus años de dedicación.

El jurado decidirá el sábado qué calle se lleva el premio al mejor decorado. Pero antes, los visitantes y vecinos podrán votar por su favorito. La Fundación Fiesta Mayor ha puesto en marcha una aplicación con toda la información, espacios y programación. El resultado del jurado virtual, sin embargo, no se conocerá hasta el día 21.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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