Barcelona, contra la plaga de chicles
En cinco meses, el Ayuntamiento de Barcelona retira más de 55.000 chicles de la vía pública
Las manchas negras y los chicles endurecidos decoran las calles y el mobiliario urbano de Barcelona. No es extraño que se haya convertido en uno de los principales motivos de queja vecinales y una de las principales preocupaciones de los servicios de limpieza de la ciudad si tenemos en cuenta que, en las zonas más concurridas de la ciudad, se pueden encontrar hasta 20 chicles por metro cuadrado. Es por eso que el consistorio ha iniciado la campaña “Dissabte fem barri a fons”, para que Barcelona siga siendo “un ejemplo europeo de limpieza”, según ha explicado en rueda de prensa el teniente de alcalde de Hábitat Urbano, Antoni Vives.
Desde el inicio del desarrollo de la segunda fase del plan de mejora de limpieza viaria, el mes de marzo, el Ayuntamiento de Barcelona ha actuado sobre un total de 297.775 metros cuadrados de pavimento urbano con el objetivo de eliminar 55.714 chicles incrustados y 707 manchas. Este servicio se lleva a cabo en 80 puntos de todos los distritos de la ciudad, con 17 vehículos dotados con mangueras de agua a presión y vapor de agua. Según Vives, con a este sistema se ahorra hasta ocho veces más agua que hace un año, y se utilizan detergentes biodegradables.
Vives ha valorado positivamente el impacto de esta iniciativa, que tiene un presupuesto cercano a los 21.000 euros y que ha motivado un gran descenso de las quejas vecinales. El teniente de alcalde ha destacado que, aunque existe un problema relacionado con “la urbanidad y el incivismo”, cada vez hay más sensibilización para mantener la ciudad limpia. Además ha recordado que el Ayuntamiento puede multar a los que “ensucian las ciudad” pero antepone la sensibilización a la sanción: "Si actuamos solo movidos por el miedo a la multa estamos haciendo alguna cosa mal".
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