La semana por delante
Flamenco, clásicos del siglo de Oro, rock psicodélico y un western de ahora como el de los de siempre
teatro
Noches de amor y lujuria
Las noches de los Jardines de Sabatini reciben (solo el día 6) un pequeño y bello espectáculo que este verano ha recorrido varios festivales de teatro clásico: De amor y lujuria, un encuentro de cuatro actores (María José y Cristina Goyanes, Ramón Langa y Emilio Gutiérrez Caba) con los versos que autores como Quevedo, Lope de Vega, Luis de Góngora, Tirso de Molina, Meléndez Valdés, Fray Damián Cornejo, Sor Juana Inés de la Cruz, Calderón de la Barca, Miguel de Cervantes, Sebastián de Orozco, el Duque de Rivas y varios anónimos del Siglo de Oro dedicaron para hablar del amor. María José Goyanes se ha encargado de la dramaturgia y dirección de esta propuesta que va desde la pureza del descubrimiento del amor hasta la pasión, los celos o los desencuentros que pueden llegar a destrozar el sentimiento en el que también vemos como se tiñe de erotismo, lujuria y otros muchos matices recogidos por los clásicos.—ROSANA TORRES
cine
Una fábula de venganza pistolera
La primera versión, en 1969, le dio un Oscar a John Wayne como mejor actor. La segunda, cuarenta años después, se fue de la Academia de Hollywood de vacío. Y eso que Valor de ley, remake de los hermanos Coen de aquel western sesentero, llegaba a la gala con 10 nominaciones. Todas y cada una de ellas merecidas, porque los críticos de medio planeta han exaltado esta historia de una niña de 14 años que se lanza a la caza del tipo que asesinó a su padre. Para acompañarla en su venganza, la joven Mattie Ross contrata a un cazarrecompensas. Y no uno cualquiera, sino Rooster Cogburn (Jeff Bridges), un pistolero capaz de matar a 23 personas y no estar arrepentido por ninguna de ellas. Para seguir su viaje y descubrir si Cogburn incrementa su botín pueden acudir al cine Doré mañana a las 22.10. La entrada cuesta 2,50 euros.—TOMMASO KOCH
rock
Viaje a la luna
Tomaron su nombre de una serie de ciencia ficción de los cincuenta en la que un temerario defiende al planeta de una invasión lunar. Algo de ello tiene la música de los holandeses Radar Men From The Moon, que es como se llama esta banda de rock instrumental psicodélico y la ficción televisiva en cuestión. Escucharon de forma obsesiva viejos discos de popes del rock espacial de los sesenta y setenta como Pink Floyd, Hawkwind o Can. Sus largos temas hipnóticos siguen esa misma senda. Aunque, eso sí, siempre hay sitio para el volumen, las guitarras con muchos efectos y las reverberaciones. En la sala Wurlitzer Ballroom presentan el lunes junto a los madrileños Phonocaptors su último disco, Echo forever. Prometen, y son sus palabras, un viaje lejano a fronteras desconocidas.— JUANJO ABAD
danza
El flamenco como búsqueda
El Original Flamenco Festival entra en su segunda semana con dos espectáculos de interés. En el Pequeño Gran Vía (Compac) la bailarina madrileña Concha Jareño y el guitarrista Juan Antonio Suárez Cano estrenan Seis cuerdas para dos tacones (días 6 y 7), obra intimista que pretende establecer un diálogo cercano con el espectador desde una perspectiva contemporánea pero con el saber tradicional; este paso a dos ya se ha visto con éxito en Norteamérica y en algunas plazas europeas. Mientras, en el escenario principal del Compac Gran Vía, la compañía flamenca del cordobés Ángel Muñoz oferta Ángel: del blanco al negro (del 8 al 12), donde abre y cierra espectáculo con dos piezas electrónicas firmadas por Artomatico, además de con cante y guitarra, flauta y saxo desgranar bailes como la Guajira, la Farruca o el Taranto.—ROGER SALAS
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